Por: Óscar Augusto Campuzano G.
En función de las palabras que dirigimos a los niños podemos comunicar una actitud de escucha o, por el contrario, de ignorancia y desatención.
"Los diez errores más comunes de los padres y cómo evitarlos", existe una tipología de padres basada en las respuestas que ofrecen a sus hijos y que derivan en las llamadas conversaciones cerradas, aquellas en las que no hay lugar para la expresión de sentimientos o, de haberla, éstos se niegan o infravaloran.
Los padres autoritarios
Temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos o amenazas para obligar al niño a hacer algo. Tienen muy poco en cuenta las necesidades del niño.
Los padres que hacen sentir culpa
Padres interesados (consciente o inconscientemente) en que su hijo sepa que ellos son más listos y con más experiencia, estos padres utilizan el lenguaje en negativo, infravalorando las acciones o las actitudes de sus hijos. Comentarios del tipo "no corras, que te caerás", "ves, ya te lo decía yo, que esa torre del mecano era demasiado alta y se caería" o, "eres un desordenado incorregible". Son frases aparentemente neutras que todos los padres usamos alguna vez.
Los padres que quitan importancia a las cosas
Es fácil caer en el hábito de restar importancia a los problemas de nuestros hijos sobre todo si realmente pensamos que sus problemas son poca cosa en comparación a los nuestros.
Los padres que dan conferencias
Por último, hay que mencionar la cantidad de situaciones en las que la comunicación es sinónimo de silencio (aunque parezca paradójico). En la vida de un hijo, como en la de cualquier persona, hay ocasiones en que la relación más adecuada pasa por la compañía, por el apoyo silencioso. Ante un sermón del padre es preferible, a veces, una palmada en la espalda cargada de complicidad y de afecto, una actitud que demuestre disponibilidad y a la vez respeto por el dolor o sentimiento negativo que siente el otro.
TALLER IDENTIFICANDO TIPOS DE PADRES
MOTIVACIÓN:
En nuestra vida siempre podremos ser mejores cada vez, y recibir mayores recompensas. El deseo de ser mejores padres y nuestro compromiso para actuar, traerá a nuestras vidas grandes satisfacciones y tranquilidad. Los principios para los padres consignados en la Palabra de Dios son aplicables a nuestras vidas y nos garantizan el éxito, en medio de un mundo lleno de confusión y desorden.
OBJETIVOS
1. Reconocer las acciones y actitudes como padre o madre. Describir las consecuencias de sus acciones y actitudes como padres, en la vida de los hijos.
2. Establecer y aplicar cambios concretos en el hogar manifestando cualidades de padres eficaces.
3. Demostrar respeto, tolerancia y cariño hacia los hijos. Asumir los deberes y responsabilidades como padres.
PROCEDIMIENTO
1. Dar una calurosa bienvenida y motivación.
2. Entregar el cuestionario a cada padre o madre, explicándoles que a través de esta actividad ellos van a conocer un poco más acerca de su labor como padres; responder el cuestionario (10 minutos). Aclarar que las respuestas son confidenciales y que solo si lo desean pueden compartirlas con otros.
3. Dar las instrucciones para determinar el resultado del cuestionario:
Padres Autoritarios: 1, 3, 5, 8, 16. Padres Permisivos: 2, 6, 7, 11, 14. Padres Sobreprotectores: 13, 17, 19, 20. Padres Eficaces: 4, 9, 10, 12, 15, 18.
Mirar en qué categoría acumuló el mayor número de respuestas marcando las respuestas positivas. (5 minutos)
4. Dividir al grupo en 4 subgrupos y a cada uno se le entrega una parte de la lectura del documento, cortándolo en 4 partes que corresponden a los 4 tipos de padres. Explicar que deben leerlo y discutirlo en grupo, y luego deben preparar una dramatización que ilustre el tipo de padres que les correspondió (15 minutos).
5. Presentar los sociodramas de cada grupo (cada una de 5 minutos máximo).
6. Retroalimentación y reflexión.
7. Reflexión. Enfatizar en las responsabilidades de los padres y en las consecuencias de sus acciones sobre la vida de los hijos. Finalmente, concretar las acciones que se van a implementar para mejorar como padres.
1. Autoritarios: los padres son extremadamente críticos en cuanto a lo que hacen los hijos. Continuamente les mandan y ordenan lo que deben o no hacer; tienden a ser fríos, hostiles y rudos. Amenazan para obligarlos a cumplir sus órdenes. Manipulan castigando y premiando, regañan, cantaletean, y señalan solo las fallas. Toman decisiones sin tener en cuenta a los hijos, los irrespetan gritándolos o llamándoles la atención delante de extraños. Por complacer a los demás. Estos padres piensan que “los hijos deben ser obligados siempre a obedecer la voluntad de los padres” porque solo esperan lo malo de los hijos y piensan en ellos como intrusos. Creen que la única manera de formar hijos responsables es tratándolos mal, en la misma forma que ellos fueron educados con gritos, insultos, golpes y amenazas. Con este trato los padres deterioran su relación con los hijos, porque los hijos se rebelan y viven en un continuo enfrentamiento. También promueven el alejamiento porque los hijos, al ser considerados y tratados como inferiores, no se sienten a la altura de las aspiraciones de los papás. Los padres autoritarios o superiores crean hijos inferiores y temerosos, con baja autoestima, inseguros, pero a la vez rebeldes y violentos, lo cual los puede llevar a problemas de vicios, delincuencia, etc. Aprenden a actuar con temor y no admiran a sus padres, pero sí los temen.
2. Permisivos: Dejan hacer y dejan pasar todo lo que los hijos quieran. Son demasiado tolerantes y los hijos terminan mandándolos a ellos, cayendo en la sumisión. Estos padres piensan que “los hijos son insoportables y rebeldes; lo único que se puede hacer es aguantárselos hasta que superen esta etapa”. Creen que hay que dejarlos hacer lo que quieren para “evitar que se traumaticen”. Además, no los corrigen porque tienen poco tiempo para estar con ellos; temen al conflicto o a perder su afecto si los contrarían. Generalmente están más interesados en lo que es cómodo para ellos que en lo que realmente conviene a sus hijos. No ponen límites ni enseñan normas. Piensan que formar a los hijos es cuestión de dejarlos crecer. Los padres permisivos o sumisos forman hijos tiranos que ven a sus papás débiles, y por lo tanto, los desprecian y los irrespetan. Promueven la irresponsabilidad y una profunda inseguridad e incapacidad, que deterioran su autoestima.
3. Sobreprotectores: son como “papás canguro”; asumen las responsabilidades que corresponden a los hijos; no les permiten llegar a ser y hacer por sí mismos; les dan todo lo que piden y aun lo que no necesitan. Temen todo el tiempo por lo que les pueda pasar a sus hijos; hablan o contestan por ellos, se inmiscuyen en todas sus labores y les recuerdan repetidamente lo que deben hacer o lo que les falta. Los padres sobreprotectores crean hijos inmaduros, inseguros e incapaces.
4. Eficaces: tratan a sus hijos con el mismo respeto que a sus mejores amigos. Se interesan por ellos, comparten sus sentimientos y pensamientos, en lugar de reprimirlos. Son consistentes y firmes, tienen normas y dan instrucciones que no cambian ni modifican, sino con causas justas y dialogadas. Son capaces de entender y comprender los puntos de vista de sus hijos. Cooperan con sus hijos y los dejan participar en la solución de conflictos y en la toma de decisiones. Se trazan metas comunes y se respetan las libertades individuales. Hay apoyo y aceptación mutua, con conciencia de que son seres imperfectos en proceso de crecimiento.
Sus normas y comportamiento están basados en la igualdad, el respeto mutuo, la dignidad y el valor humano. Los padres eficaces dan a su labor de padres la más alta prioridad y disponen del tiempo necesario para compartir y dirigir el desarrollo y formación de sus hijos. Siempre tienen el timón del barco de su familia, dirigiendo, determinando normas y límites, y tomando decisiones con responsabilidad. Siempre ofrecen aceptación y apoyo a sus hijos. Estos padres forman hijos seguros, responsables, dueños de sí mismos y confiados, con una autoestima positiva.
IDENTIFICANDO TIPOS DE PADRES
Responda a las preguntas SI o NO según corresponda a sus actitudes en el hogar, con la mayor sinceridad.
SI - NO ?
1 Exige que sus hijos realicen lo que usted ordena sin discutir.
2 No prohibe nada a sus hijos, por temor a perderlos.
3 Grita y castiga a sus hijos cuando no hacen las cosas como usted quisiera.
4 Mantiene una comunicación continua con los profesores de sus hijos.
5 Considera que sus hijos tienen sólo deberes pero no derechos.
6 Se siente culpable y sufre cuando les llama la atención por errores cometidos.
7 Recurre a promesas para que sus hijos cumplan con sus deberes.
8 Castiga, sin escuchar antes, las razones o explicaciones de sus hijos.
9 Permite que sus hijos tomen decisiones en cuanto a su forma de vestir, sus deportes, sus gustos, etc.
10 Da oportunidad para que sus hijos reflexionen sobre los errores que cometen.
11 Recuerda constantemente los deberes que tienen sus hijos en el hogar.
12 Conoce las amistades de sus hijos y dialoga acerca de las cualidades y dificultades de éstas.
13 Habla o contesta por sus hijos en vez de permitirles a ellos hablar por sí mismos.
14 Acepta cambiar fácilmente las reglas que usted ha establecido con anterioridad.
15 Ofrece colaboración cuando sus hijos tienen dificultades.
16 Toma decisiones sobre sus hijos todo el tiempo sin tenerlos en cuenta.
17 Le da o quisiera darle a sus hijos todo lo que piden, aun si no lo necesitan.
18 Busca espacios para conversar sobre las cosas que les interesan o preocupan a sus hijos.
19 Siempre declara inocentes a sus hijos, aun si son responsables por algo que han hecho.
20 Asume responsabilidades que le corresponden a sus hijos. Hace todo por ellos. CALIFICACIÓN
Preguntas # respuestas
SI
A 1, 3, 5, 8, 16
P 2, 6, 7, 11,14
S 13,17, 19,20
E 4, 9, 10,12,15,18
Reflexión:
1. Teniendo en cuenta mis acciones como padre o madre, ¿cómo creo que lo estoy haciendo y por qué?
2. ¿Qué cosas debo cambiar para ser un mejor padre / una mejor madre?
3. ¿Cómo y cuándo voy a realizar esos cambios?
¿Somos padres demasiado permisivos o demasiado estrictos? ¿O ni una ni la otra?
Como todo, el justo equilibrio es lo ideal también en la educación de los hijos.
Según rasgos generales, los padres nos podríamos clasificar en cuatro tipos: los padres permisivos, los padres autoritarios, los padres indiferentes y los padres democráticos.
Dependiendo de cómo es cada uno y cómo suelen ser sus hijos, partimos de la base de que la relación entre padres e hijos se sustenta en dos grandes pilares: el afecto y el control.
Los padres permisivos son aquellos que tienen valores altos en cuanto al afecto pero bajos en control. Son cariñosos y emocionalmente sensibles pero ponen pocos límites a la conducta. Sus hijos son con frecuencia impulsivos, inmaduros y descontrolados.
Los padres democráticos tienen valores altos en cuanto al afecto y al control. Cuidan de sus hijos y son sensibles hacia ellos pero colocan unos límites claros y mantienen un entorno predecible. Este estilo de actuar de los padres es el que tiene los efectos más positivos en el desarrollo social del niño. Los hijos de estos padres son los más curiosos, los que más confían en sí mismos y los que funcionan mejor en la escuela.
Finalmente, los padres que tienen valores bajos en ambas dimensiones se denominan padres indiferentes, estos padres ponen pocos límites a sus hijos pero también les proporcionan poca atención o apoyo emocional. Sus hijos suelen ser exigentes y desobedientes, les cuesta mucho participar en juegos e interacciones sociales, ya que no siguen reglas.
Si queremos lo mejor para nuestros hijos, ya sabemos qué camino debemos tomar y recordar que los extremos no son buenos.
Cinco tipos de padres que no aconsejo frecuentar o asumir
1) El papá palermitano. Esta variante de padre fresco, sereno, frío e indiferente, detrás de su máscara de despreocupación, compite palmo a palmo con sus hijos en lo que a consumo refiere y lo hace un padre chantajista, pues compra lo que sus hijos piden cuando está eufórico para desvirtuar la cantaleta de su esposa que los niños a diario escuchan. Su pasión por la moda, lo retro, los compacts y los objetos caros lo induce a comprar muñecos de Joe o Rambo, discos de Pink Floyd para bebés y camisetas con la inscripción "soy de mi papá" o las que estén de moda y que se pone para que sus hijos lo vean como un padre moderno, actualizado, chévere, in.
2) El papá futbolero. Sus simpatías deportivas son un prisma a través del cual observa y piensa su realidad concreta. Por eso ya tiene preparado el carnet de socio y la camiseta para su hijo antes de que nazca. Es el que le puso "Diego Armando" en los ´80 y "Lionel" en la actualidad. No resulta extraño que no presencie el parto: un banderazo de apoyo al equipo de sus amores –estos si, los verdaderos- en la sede del club, la ida al estadio, o compartir con sus amigotes los partidos por la tele, tiene mucha más prioridad que el nacimiento de su hijo, que las tareas, los trabajos que dejan en la escuela, las reuniones de padres, los talleres del colegio que los considera “mamones”, que siempre dicen lo mismo, que es una perdedora de tiempo, y pide a su esposa “vaya mija”; que no tiene ni idea donde queda el colegio, no sabe el nombre del director de grupo y mucho menos el del director o directora, si le preguntan como se llama el mejor amigo de su hij@ en el colegio, a duras penas levanta los hombros, produce un hummm y refuerza su respuesta diciendo que los “chinos de hoy tienen tantos amigos” .
3) El papá "chapado a la antigua". No cocina, no lleva a sus chicos a la escuela, no conoce el nombre de la maestra, no lava, no plancha, no limpia culos, no barre, más bien hace desorden, ignora lo que pasa en la casa así esté ocasionalmente en ella... Entiende por exclusiva función paternal el hecho de solventar los gastos familiares. Trae plata, y con eso alcanza. Duda de la sexualidad de todo aquel que se resigne a afrontar ese tipo de tareas extramasculinas, con arrogancia superlativa argumenta, que para eso están las mujeres, empezando por su esposa y si tiene hijas mayores…ellas lo deben hacer! 4) El papá oficinista. Es empleado público o de una empresa de prestigio o de nombre, trabaja 8 horas a rajatabla, aunque reconozco que hoy en día, las empresas dejan menos tiempo para que los padres tengan espacios para cumplir con obligaciones de los hijos…, toma café de la máquina cada 2 horas y fuma en la puerta del establecimiento donde labora, tiene vida social agitada, bebe, pero el dice que es porque el trabajo y sus relaciones así lo exigen…, A veces lo trae a su hijo como para que se vaya aclimatando. Sabe que heredará todo de él: su puesto, su orgullo, su apellido, su cultura, su poder…
5) El papá intelectual. Bajo la égida de su acervo cultural, los chicos crecen sin dificultades en el aprendizaje y sin sobresaltos en la escuela. El problema, claro está, surge en los pequeños traspiés con los que cualquiera tiene que lidiar día a día: un cambio de cuerito, una lamparita quemada... Las labores manuales lo superan porque nada que salga de lo abstracto y conceptual puede interesarle. Para cosas concretas, que llamen al tío o al vecino o al que lo puede arreglar y yo Pago!...
6) PADRE PAN CALIENTE. Cuando lo vas a buscar, recién salió. Cuando necesites algo para tus hijos no lo vas a encontrar ni con el celu de última generación. Sería la última persona a la cual recurrir incluso si necesitas una infeliz curita.
7) PADRE SEGUNDO CACIQUE. Se llevó su choza a otro lado con nueva mujer y nuevos hijos. Para este padre los hijos anteriores NO existen, vale decir que no se preocupa si comen, tiene vestimenta o viven. El cree que perjudica a la mujer anterior con esta actitud, más aún, si ella lo demandó por inasistencia alimentaria.
8) PADRE DE OTRO PLANETA. Eureka! ¿En dónde? Este padre ha entendido que pasar tiempo con sus hijos es importante y necesario para su desarrollo. Este padre (aunque no abunda) baña a sus hijos, los lleva a la pediatra y pasa tiempo con ellos sin considerar que pierde “su” tiempo, les ayuda a hacer tareas, dialoga con los hijos, conoce las intimidades del cole, de sus amigos, las características de sus profes, le cumple lo que les promete ya sean castigos o premios, integra la formación de sus niños con la esposa, da buenos ejemplos, si tiene vida social, lo hace sin descuidar sus nenes.
En trabajo y charlas por citación con padres he encontrado esta otra gama de padres…
1) Padres ausentes: les llamas, insistes, cartas, nada, no aparecen a ninguna reunión, el hijo parece crecer solo, no puedes contar con ellos para nada. Hay que pensar si se roza el abandono y por tanto merece la atención de servicios sociales del estado.
2) Padres escudo: "mi hijo no ha hecho nada", "en casa no es así", "pues él me ha dicho que...", no se puede llegar a acuerdos o es difícil, porque te ven como el enemigo y hay que romper esa imagen antes de comenzar a trabajar. El escudo también se lo ponen ellos, no sea que les acuses de haber maleducado a su hijo.
3) Padres colaboradores: la joya, el detalle, vienen, preguntan, incluso piden ellos la hora, llegas a acuerdos, cuentas con su complicidad, muchas veces están en estados poco ejemplarizantes…
4) Padres aprobadores: no les importa nada salvo que el niño pase de curso, reclaman por la docencia, por si tal profesor es injusto o no sabe, no quieren oír nada de actitud porque creen que es cosa de los niños o que nuestro trabajo ya conlleva aguantar eso.
5) Padres y ahora qué: "Y ahora ¿qué ha hecho?" es su lema, se les llama sólo para comunicarles problemas de sus hijos, se sienten culpables y tardan en aparecer por el colegio, están quemados de la escuela tanto como sus niños. Debemos pensar qué mensajes les damos
6) Padres terapia: vienen y hablan más del matrimonio en crisis o de asuntos diversos que de los hijos, necesitan que les escuchen, son una mina de información y ponen como causa de todo lo que pasa en el colegio lo que viven en casa…solo disculpas!
7) Padres desbordados: "no sé qué hacer con él" es lo que más dicen, buscan ayuda y consejo, se suelen dejar guiar y si hay sintonía es un gran equipo. Muchas veces reconocen que no han puesto límites o los han puesto tarde.
8) Padres enigma: llegan, escuchan, asienten, parecen ver la reunión como una pérdida de tiempo, a veces ya han tenido hijos mayores y dicen que ya se saben lo que dicen y hacen, otros no manifiestan nada, te dan la razón y no sabes si ha llegado el mensaje.
9) Padres delegadores: son una variante de los primeros, pero ellos sí vienen y se manifiestan preocupados, pero se justifican: trabajan mucho, no pueden con todo... Ponen medios como miles de extraescolares y nunca están con sus hijos, que son casi desconocidos para ello.
10) Padres profesores... y lo dejo completar a ustedes, ¿cómo somos desde el otro lado?
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