El abuso sexual es una de las posibles formas de maltrato infantil que se presentan más comúnmente. Me parece fundamental la importancia de este tema, ya que es muy poco lo que se ha estudiado sobre este fenómeno en Colombia.
Uno de los últimos estudios realizados sobre maltrato infantil en Colombia fue el desarrollado por el Instituto de Medicina Legal entre 1995 y 1996 basándose en 2.500 casos denunciados en este período.
Una conclusión importante a la que llego en este estudio, es la tendencia de los hogares violentos a combinar las agresiones físicas con las psicológicas, verbales, el abuso sexual, la negligencia, el abandono y el descuido de la pequeña víctima.
Una de las razones por las cuales se desarrollan pocos estudios sobre el abuso sexual infantil son los tabúes que existen al respecto.
Recordemos pues que un tabú o mito es una creencia equivocada acerca de algo, que de una u otra forma afecta nuestra manera de actuar, y por lo tanto, requiere ser aclarado.
Algunos ejemplos de estos mitos son:
El abuso sexual se reduce a casos excepcionales.
La anterior afirmación es falsa, pues si nos remitimos a las estadísticas solamente en Bogotá en 1992 los dictámenes sexológicos ascienden a 4.456 para niñas y 9.25 para niños.
El abuso sexual solo se presenta en familias de escasos recursos y sin educación.
Esta afirmación es falsa, debido a que el abuso sexual se presenta en todos los niveles socioeconómicos.
Quienes abusan sexualmente de un niño o una niña son enfermos mentales o pervertidos sexuales.
Se ha encontrado que las personas que abusan sexualmente de los niños pertenecen a diferentes grupos sociales.
Los adolescentes y algunas niñas o niños son seductores por lo cual son parcialmente responsables del abuso.
Es natural que los niños pongan a prueba sus sentimientos o impulsos sexuales, con ánimo de exploratorio con las personas por quienes sienten afecto y confianza.
Sin embargo eso no significa que el adulto tenga que aprovecharse o abusar de su condición de superioridad.
La mayoría de los casos de abuso sexual no son ciertos. Se trata de fantasías sexuales de los niños.
Se calcula que los informes falsos de abuso sexual son del 1%, y que en estos casos, los niños casi nunca mienten.
Es común que el abusador sea un extraño y no alguien a quien el niño conoce.
El abuso sexual es un incidente individual aislado.
Al descubrirse, casi siempre se advierte que al abuso ha sido producido durante meses e incluso durante años, el abusador utiliza una serie de amenazas con la que evita que el niño hable sobre lo que le está sucediendo e incluso durante toda la vida.
En primer lugar es necesario dejar en claro lo que entendemos por Abuso Sexual Infantil (ASI).
Existen dos tipos de abuso sexual: intrafamiliar y extrafamiliar.
El abuso intrafamiliar se presenta dentro del círculo familiar, donde existen lazos de consanguinidad. En este tipo de abuso es muy difícil determinar la frecuencia de ocurrencia por la cercanía entre el agresor y la víctima.
La mayoría de los casos es el padre o padrastro quien abusa del menor.
El abuso extrafamiliar se presenta fuera del núcleo familiar. El agresor es una persona ajena a la familia del niño, generalmente es una persona cercana al menor y menudo alguien en quien la víctima confía y a quien le ha brindado total confianza. Puede ser un amigo de los padres o de los hermanos (si los tiene), un vecino, un maestro, un médico o cualquier persona cercana al menor.
Se puede afirmar que por ello es insuficiente prevenir a los niños acerca de los peligros de hablar con extraños, cuando más del 80% de casos de abuso sexual ocurren en la casa.
De ahí la importancia de escoger cuidadores confiables para los niños.
El ASI abarca una amplia gama de comportamientos y relaciones que van desde el contacto físico con penetración, hasta aquellos "más sutiles" (como la exhibición, la masturbación, las caricias), pero son igualmente dañinos. Por lo tanto, puede hablarse de abuso sexual con o sin contacto físico.
El abuso sexual con contacto físico se refiere a aquellos comportamientos que involucran el contacto físico con la boca, pechos, genitales, ano o cualquier otra pare corporal del niño, cuando el objeto de dicho contacto es la excitación o satisfacción sexual del agresor. Este tipo de abuso incluye tanto el tocar y acariciar como la penetración genital, anal u oral, tanto del abusador hacia el niño como del niño hacia el abusador si éste lo obliga a hacerlo.
El abuso sexual sin contacto físico es el que se practica a través de comportamientos que no implican contacto físico del cuerpo del niño, pero que sin duda repercuten en su salud mental, al igual que en las víctimas de un abuso sexual con contacto. Incluyen exhibirse, masturbación del agresor, exhibición de material pornográfico, la utilización del cuerpo del niño con fines pornográficos, comentarios o llamadas telefónicas obscenas, la seducción y el juego con carácter sexual.
Los abusadores son, con la mayor frecuencia, de sexo masculino. Se diferencian de los otros hombres por sus pasados de abandono, de maltrato infantil y de abusos sexuales.
Traumatizados por estas experiencias, cuando se enfrentan a las exigencias de la vida adulta que los sobrepasan y/o les obligan a su vez a enfrentarse a sus heridas históricas, buscan una compensación de sus tensiones a través del abuso sexual de una o varias niñas/os.
Los hombres implicados en situaciones de incesto o abusos sexuales no buscan la satisfacción de sus instintos sexuales por si mismos, sino, más bien, el procurarse una vivencia de una ilusión de poder y de control a través de la relación abusiva.
Las personas que cometen este tipo de actos sexuales presentan algunas características comunes que son de gran utilidad para establecer un perfil o prototipo de abusador. Algunas de estas características son:
Tienen dificultad para establecer relaciones con personas adultas (con sus iguales).
Muestran una especial predilección por establecer relaciones sexuales con menores y obtienen gratificación sexual al interactuar con ellos.
Interactúan con el niño/a como si tuvieran su edad, es decir como niños y no como su edad cronológica lo exige.
Pudieron haber sido objeto de abuso sexual en su infancia.
Fueron objeto de maltrato físico y/o emocional en su infancia.
Aparentemente tienen una vida sexual activa y satisfactoria con parejas de edad apropiada, pero que ante ciertas circunstancias, como situaciones de tensión excesiva en las cuales su autoestima se ve amenazada (pérdida del empleo, conflictos maritales, consumo de alcohol y/o drogas), reaccionan impulsivamente utilizando como pareja sexual a un niño o niña.
Desean controlar y dominar a quienes interactúan con ellos.
Han acumulado rabia y encuentran en el niño o niña un objeto perfecto para descargarla (en estos casos el abuso sexual se manifiesta a través de la violencia).
Abusan del alcohol y de sustancias psicoactivas (bazuco, marihuana, cocaína, etc.).
Personas que se excitan y obtienen gratificación sexual provocando dolor y sufrimiento a otros en el contacto social. Los abusadores se pueden clasificar en dos tipos: regresivos y obsesivos o pedófilos. Los primeros se caracterizan por tener una orientación sexual hacia un adulto pero están confrontados a una experiencia de impotencia en un momento de crisis.
Los obsesivos o pedófilos, poseen una orientación sexual primitiva hacia los niños, tienen fijación en una etapa infantil del desarrollo sexual y dificultad para crecer asumiendo los riesgos de relaciones sexuales y afectivas con los adultos.
Fin Kelhor (1986) propone un modelo sobre los agresores sexuales de niños en el cual se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
Congruencia emocional: Los varones (agresores sexuales) estan socializados para dominar: los niños les resultan atractivos debido a su baja capacidad de dominación (relación con inmadurez, baja autoestima, agresividad).
Excitación sexual: Los niños resultarían atractivos a causa de las experiencias personales de los agresores, así como de los modelos Que. han tenido, y de la pornografía en este sentido.
Bloqueo: Muchos sujetos tendrían problemas para establecer relaciones con mujeres adultas.
Por ello los niños son una alternativa sexual (relación con ansiedad, incompetencia social, actitudes hacia el sexo).
Desinhibición: Los sujetos se desinhiben para este tipo de conductas por el uso de drogas, alcohol y distorsiones cognitivas. Las distorsiones cognitivas en agresores sexuales de niños son:
Las caricias sexuales no son en realidad sexo y por ello no se hace ningún mal.
Los niños no lo dicen debido a que les gusta el sexo.
El sexo mejora la relación con el niño.
La sociedad llegara a reconocer que el sexo con niños es aceptable.
Cuando los niños preguntan sobre el sexo significa que él o ella desean experimentarlo.
El sexo práctico es una buena manera de instruir a los niños sobre el sexo.
La falta de resistencia física significa que el niño desea el contacto sexual.
Los padres que cometen incesto se caracterizan por ser alcohólicos, tener conductas antisociales o personalidad inadecuada, rara vez se afirma que son psicóticos. Presentan además baja autoestima, pobre identificación sexual, incertidumbre respecto de sus habilidades para relacionarse con otros adultos, relaciones sexuales insatisfactorias con su esposa u otra mujer, creencia de los tabúes religiosos respecto de las relaciones sexuales fuera del hogar, necesidad de aprobación por los demás.
En las familias en que ocurre el incesto predomina la incomunicación, la indefinición de límites, la privación emocional, las reglas rígidas, el aislamiento social y el abandono. El aislamiento social es una de las características típicas de las familias incestuosas. En estas familias los sentimientos de odio y las reacciones más fuertes se dirigen hacia la madre, que la mayor parte de las veces es consciente de esta situación.
Existen tres tipos de familia en los que la relación incestuosa mantiene un cierto funcionamiento y presentan algunas de las siguientes características:
Padre abusador dominante, esposa sumisa dominada, hija adultificada y protectora.
Padre abusador sumiso, esposa dominante, hija dominada.
Padre abusador dominante, esposa dominante, hija abusada y utilizada como reguladora de la relación.
La madre no es capaz de asegurar cuidados maternales suficientemente adecuados.
Es incapaz de proteger a sus hijos.
Es el objeto de esperanzas ficticias de su marido.
Otras características sobre la familia de la víctima son:
- Madre pasiva, dependiente y/o autodogmática por miedo a destruir la unidad familiar.
- Relación madre-hija caracterizada por la indiferencia, hostilidad y competición.
- Pobre relación marital.
- Padre que se vuelca hacia su hija para ver realizadas sus necesidades emocionales o físicas.
- Niño (a), que se siente emocionalmente excluido y se vuelca hacia su padre para soportar su carencia emocional.
- Fronteras generacionales entre padre e hija que no son claras.
- Padres que tienen inadecuada capacidad de respuesta particularmente bajo estrés.
- Carencia de contacto sexual fuera de la familia. En general, los ofensores han sufrido alguna forma de abuso físico o sexual cuando niños (según el instituto de medicina legal de 12.850 casos de maltrato infantil denunciados entre 1995 y 2006 el 41% de quienes cometen agresiones a menores fueron víctimas de abuso sexual durante su infancia, se odian a ellos mismos, no tienen confianza en sus posibilidades, inhiben la relación sexual con personas de su edad y tienen pánico luego de varias relaciones con la víctima. Logran que los niños nieguen el problema y se sientan culpables abusando del poder y la autoridad que poseen sobre ellos, los someten y los hacen guardar el secreto.
El abusador presiona a la víctima con tres métodos fundamentalmente:
Le ofrece beneficios materiales, la induce a aceptar contactos corporales extensivos y a lleva a creer que la actividad sexual con él es apropiada y placentera.
Se distinguen tres componentes en el periodo en el cual se desarrollan los actos incestuosos en el interior de la intimidad familiar:
Seducción de la víctima: El padre abusador manipula la dependencia y la confianza de su hija, incitándola a la participación de actos abusivos, Que. él presenta como un juego o como comportamientos normales entre padres e hijas. En esta preparación del terreno el abusador toma las precauciones para elegir el momento adecuado y el lugar en que comenzara a abusar de su hija.
Interacción sexual abusiva: No es frecuente que padre abusador viole directamente a su víctima, el coito propiamente dicho se produce en un momento bastante avanzado de la interacción sexual abusiva.
El abusador comienza frecuentemente por gestos de exhibicionismo, el proceso continuara con otros gestos, como actos masturbatorios en presencia de la víctima.
Imposición del secreto: El abusador convence a su víctima del peligro que existe para ella, para él y para su familia si llegara a divulgar lo que pasa entre ellos. El niño o la niña terminan por aceptar esta situación y adaptarse a ella para sobrevivir; comienzan a menudo, también, a entrar en la dinámica del chantaje con lo que obtienen favores, regalos y privilegios por parte del abusador.
La intensidad y la magnitud de los efectos que produce el ASI se ven influenciados por la reacción del medio familiar y social ante el incidente. Se distinguen dos tipos de consecuencias: a corto y a largo plazo.
Las consecuencias a corto plazo (cuando es con contacto físico), son las características que presenta el menor desde el momento de la violación hasta un año después. Dentro de estas podemos citar efectos físicos tales como contusiones, sangrado en los genitales externos y las regiones anales, inflamación o enrojecimiento del cuello del útero, pruebas positivas de gonococos o espermatozoides y embarazo o enfermedades venéreas. También hay alteraciones en los patrones de sueño y hábitos alimenticios. Además pueden presentarse reacciones emocionales como: culpa, vergüenza, hostilidad, agresión, miedo y depresión.
Dentro de las consecuencias a largo plazo podemos enumerar las secuelas emocionales, tomando a la depresión como el trastorno que se encuentra más comúnmente en los adultos con historia de ASI. Esta población presenta más intentos de suicidio que la población normal.
Otras secuelas que se presentan son la ansiedad, la tensión, disminución de la autoestima, sentimientos de alienación y soledad y pesadillas. En cuanto a la sexualidad, el efecto a largo plazo que más atención ha recibido de parte de los investigadores es la promiscuidad, es decir, la presentación de altas tasas de comportamiento sexual con múltiples parejas.
Sumando a lo anterior encontramos consecuencias físicas como:
Prurito, dificultad para orinar o sentarse, estreñimiento, enuresis (emisión involuntaria de orina), y encopresis (emisión fecal involuntaria)
Existen algunas enfermedades psiquiátricas en las cuales la incidencia de abuso sexual es tres veces mayor que la existente en la población normal: el suicidio y enfermedades esquizoafectivas.
El daño psicológico depende de varias variables, es decir entre más variables ocurren (edad del niño, duración del abuso, agresión, amenaza, clase de adulto y grado de actividad), mayor trauma para el niño.
- Edad del niño: El niño más joven pude no darse cuenta que el abuso está ocurriendo, pero puede experimentar dolor físico. A mayor edad del niño abusado más confusión y más desorientación presentará, acompañado de complejo de culpabilidad.
- Duración: entre mas tiempo se perpetúe el abuso mayor trauma existirá en la víctima.
- Amenaza: el abusador frecuentemente amenaza a la víctima ya sea física, verbal o ambas cosas a la vez. Cuanto más amenaza exista más traumático será el hecho.
- Clase de adulto: si el abusador es conocido por el niño éste estará más confundido y mayor será el complejo de culpa, entre más estrecha sea la relación emocional con el abusador más difícil será para el niño confiar en futuras relaciones emocionales.
- Grado de actividad: a mayor grado de actividad, por ejemplo: penetración y/o contacto oral genital, mayor será el trauma para el niño.
El impacto del trauma puede no ser experimentado sino hasta años más tarde en la vida del niño o empezando la adolescencia o adultez.
Algunos de los principales factores de riesgo para que ocurra el abuso sexual son:
Problemas maritales del agresor.
Alejamiento sexual de la pareja y violencia marital.
Puede haber una confusión e inversión de roles entre los diferentes miembros de la familia.
El alcoholismo y la dependencia a otras sustancias psicoactivas, ya que estas desinhiben internamente al sujeto.
Los antecedentes sexuales de sus padres, su historial de abuso (incesto y violación).
La vulnerabilidad del menor: Es un factor de riesgo para que ocurra el abuso sexual que dadas sus características de desconocimiento, impotencia y dependencia, varios estudios han establecido que los niños más vulnerables de ser víctimas de abuso sexual presente algunas de las siguientes características:
- La edad y sexo del niño interactúan con las preferencias del abusador para convertirlo en víctima potencial.
- Niños y niñas que presentan mayor curiosidad hacia aspectos sexuales ya sea porque su propio desarrollo y capacidad intelectual los hacen más inquietos y cuestionadores o porque han sido expuestos desde muy temprano al comportamiento sexual de adultos.
- Menores que mediante su comportamiento verbal y no verbal muestran que son fácilmente manipulables.
- Niños o niñas con autoestima negativa y necesitados de atención y afecto.
- Menores que no tienen vínculo afectivo estrecho con sus padres y/o tienen una mala relación con ellos.
- Niñas o niños muy pequeños o discapacitados física o intelectualmente.
- Menores educados por adultos autoritarios, que obedecen sin cuestionar las imposiciones de los mayores.
- Niñas o niños que no tienen conocimiento o que no saben que es el abuso sexual.
Ausencia de apoyo social por parte de la propia familia durante la infancia. Mayor frecuencia de familias monoparentales.
Presencia de una figura paterna masculina sin relación biológica.
Alteraciones psicopatológicas en los padres maltratantes.
A partir de este punto, he querido trabajar sobre el concepto de prevención, pues "es claramente preferible invertir esfuerzos para evitar la aparición de situaciones nocivas o negativas que corregir y mejorar sus efectos, una vez que estas situaciones se han producido". Sin embargo, en un contexto de escasez de recursos, no está tan claro si es evidente que es más recomendable dejar de invertir recursos e proteger a un niño maltratado para invertirlos en prevenir que un niño que puede ser maltratado lo sea. A pesar de esto, en el abuso sexual infantil, se observa que el daño producido es muy difícil de reparar y que las consecuencias y las secuelas pueden resultar muy graves.
Como se dijo antes, es importante prevenir o mejor detener el abuso de un niño que está siendo víctima de este. Por esto, es necesario reconocer algunas características que nos indican que el niño ha sido o es víctima del ASI. Si un niño es víctima de abuso, puede tener cambios en su estado de ánimo (entristecerse, deprimirse, ponerse agresivo), puede aislarse y mostrarse esquivo. Puede presentar disturbios en el sueño (pesadillas frecuentes), pérdida del apetito, enfermedades estomacales o vómitos sin razón aparente, expresiones sexuales y conocimientos precoces sobre sexualidad, señales de violencia en su cuerpo (moretones, rasguños, sangrados que no son normales a su edad), ropa rasgada, sucia o con manchas de sangre, evasiones de la casa y enfermedades venéreas.
De manera general, podemos sintetizar algunos puntos relevantes que hay que tener en cuenta en el tema del abuso sexual:
La mayoría de los niños víctimas de un abuso sexual son atacados por alguien que lo conoce o un pariente. Si el abusador es un pariente en aún más grave, debido a la cercanía del agresor con la víctima y a la frecuencia de los actos violentos.
Tanto niños como niñas pueden ser abusados sexualmente.
La mayoría de los niños pueden ser coaccionados, seducidos, manipulados o amenazados, lo que les impide escapar y detener el abuso sexual.
Los niños sienten que no es correcto cuestionar la autoridad de los adultos.
Los niños no son de ninguna manera responsables de haber sido abusados, la responsabilidad es del adulto.
El ASI ocurre en todas las clases sociales y culturas.
La falta de información hace vulnerables a los niños.
Existen tres tipos clásicos de estrategias preventivas aplicables a la mayoría de los problemas sociales, incluyendo el ASI.
Prevención primaria: su fin es evitar la existencia de una serie de circunstancias que podrían provocar la aparición de problemas específicos que llevarían a que ciertos individuos encontraran ubicados en una situación de riesgo frente al ASI. En esta de detecta y previene al niño sobre lo que debe y no debe permitir, sobre cuales secretos debe guardar y cuales no. Se le deben dar al niño las bases para poder distinguir cuando se presenta el abuso sexual propiamente dicho. Debe estar orientada hacia la eliminación de todas aquellas variables que podrían facilitar la aparición del ASI.
Prevención Secundaria: su fin es reconocer las señales primordiales del abuso sexual y las características de los grupos sociales y familiares que pueden ser catalogados como de alto riesgo frente al problema del abuso sexual. Con el fin de reducir las consecuencias psicológicas en el niño e identificar síntomas y ayudar a los padres. El objetivo primordial es poder detectar precozmente la población de alto riesgo y poder modificar su situación. En el caso de abuso sexual infantil, la probabilidad se incrementa por altos niveles de estrés, desempleo y/o padres adolescentes
Prevención terciaria: está más relacionada con el tratamiento que con la prevención misma. Actúa después de que ha existido abuso, tratando de reducir la culpabilidad que se presenta en el niño. Este concepto siempre ha sido discutido en el ámbito preventivo, en la medida en que de una manera estricta no se actúa antes de que se produzca el problema que se quiere evitar. También se intenta reducir la duración y severidad de las secuelas tanto físicas como psicológicas. Se busca evitar la revictimización.
Algunos de los puntos más importantes que se deben tener en cuenta para prevenir el abuso sexual de un niño son:
El niño debe recibir precauciones generales de seguridad en las que se incluya información comprensible sobre actos sexuales que debe evitar.
Animar al niño a que cuente si alguien lo toca, lo hace sentir mal o incómodo.
Enseñar al niño a identificar lo bueno y lo malo, las caricias y manoseos.
Decirle al niño que proteste y no se deje tocar si no quiere o le molesta.
Pensar bien con quien se va a dejar al niño. Conocer a las personas que lo cuidan y que están cerca a él.
Evitar que los niños observen las experiencias sexuales de los padres, así como la utilización del lenguaje con alto contenido sexual en la comunicación intrafamiliar, ya que esto proporciona mensajes implícitos o explícitos, que permiten formar una atmósfera permisiva ante el incesto y otras formas de maltrato y abuso.
Los programas educativos de prevención se especializan en:
La definición de términos en lenguaje sencillo (Ej. Qué es el abuso sexual infantil?.
Charlas acerca del problema (Ej. "Tanto hombres como mujeres pueden ser las víctimas".
Poner en claro ciertas actitudes acerca del ASI (Ej. la víctima no es culpable).
Enseñar tácticas que pueden prevenir o detener el abuso (Ej. derecho a decir NO.
En primera instancia, para el desarrollo de nuestra investigación, consideramos de vital importancia el generar programas que empiecen por la educación del niño en el tema del abuso sexual apoyado por las instituciones, los padres (en el caso de abuso extra familiar) y la sociedad; acciones que vayan desde el nivel personal hasta el institucional, con el propósito de impulsar políticas y líneas de acción en relación con esta problemática, que revitalicen los derechos fundamentales de los niños para que puedan desarrollarse bajo otras condiciones sociales y así tener mejor calidad de vida.
"Modelo de las cuatro precondiciones del Abuso Sexual" (Violencia y Abuso contra Personas Menores de edad). Estas precondiciones son: motivación, bloqueo de los inhibidores internos y externos y vulnerabilidad.
Pre - Condición I: Motivación
Supone la existencia de una persona motivada para abusar, por experiencias propias traumáticas de su infancia, por incapacidad de relacionarse con otras personas adultas. Se habla de una persona en una relación de poder, con un menor, que además tiene una motivación para abusar en lo sexual.
Pre - Condición II: Bloqueo de los Inhibidores Internos
Todos poseemos una serie de inhibidores internos llámense conciencia moral, autocontrol, etc., que impiden que en una eventual motivación para abusar, pase del deseo a la acción. Sin embargo, existen desinhibidores tales como las drogas, el alcohol, los estados de emoción violenta que puedan contribuir o anular dicho bloqueo y precipitar la acción abusiva.
Pre - Condición III: Bloqueo de lo Inhibidores Externos
Se incluye dentro de este tipo de inhibidores la sanción social, el qué hacer institucional, la represión judicial y la acción de la familia y la comunidad, que como sistemas de control informal pueden servir como inhibidores de una conducta abusiva. Estos también pueden llegar a bloquearse por medio del aislamiento de la víctima y la imposición del secreto, para permitir el abuso.
Pre - Condición IV: Vulnerabilidad
En que se produzca un abuso, no basta la ocurrencia de las tres precondiciones anteriores, sino que el ofensor motivado y desinhibido, debe también tener acceso a una persona menor que es vulnerable.
Acudimos a este modelo porque ha tenido importantes resultados a nivel de prevención del abuso sexual y porque permite, por una parte, analizar los diferentes elementos que están en la dinámica abusiva y por otra, trascender la responsabilidad del abuso sexual del campo de las relaciones interpersonales a lo social, abriendo un amplio espacio para definir estrategias innovadoras de intervención.
La inserción en cualquiera de los cuatro niveles de precondiciones permite romper el proceso abusivo antes que llegue a concretarse. Cada grupo organizado puede instalarse en el nivel donde sienta que su aporte puede ser más eficaz.
En nuestro programa, nos enfocamos hacia el área relacionada con la vulnerabilidad del niño, porque creemos que de este punto depende mucho el proceso de prevención.
Entendiendo que una persona menor de edad es vulnerable al abuso cuando:
Carece de información sobre el abuso.
Vive en condiciones de aislamiento o le falta comunicación.
Es percibido no como una persona con derechos, sino como objeto en una relación de dominio, propiedad de sus padres o adultos encargados, lo que legitima toda forma de violencia y desautoriza toda posible intervención social.
Los programas de prevención deben centrarse en la educación de tácticas de seguridad personal para niños con el fin de reducir su vulnerabilidad. Esta vulnerabilidad puede ser reducida de manera significativa si los programas se diseñan para informar a los niños sobre el abuso sexual y para autorizarlos a actuar cuando necesiten protegerse.
Los profesionales (psicólogos, orientadores, trabajadores sociales, médicos, maestros) deben organizar dentro de su área de trabajo programas multidisciplinarios, que permitan proporcionar la información necesaria a la población en general, pero principalmente dirigida a los niños, con el fin de que puedan identificar el problema y mantenerse alerta. Antes de esto, deben capacitarse en el tema de tal forma que sean capaces de afrontar las posibles consecuencias que trae el trabajo preventivo: la denuncia (como principal consecuencia).
Hasta el momento se han desarrollado diferentes programas que buscan la prevención del abuso sexual en los niños, cuando se habla de prevención se debe tener en cuenta el fortalecimiento del carácter del niño, el fomento de su independencia así como su libertad. Se puede conseguir que los niños tengan mas confianza en si mismos sin atemorizarlos ni fomentar la desconfianza hacia los extraños, sino tratando de afianzar la seguridad en su propia persona.
Para establecer la efectividad de los programas de prevención se debe incluir una metodología apropiada y una medición adecuada de los resultados. Además se debe realizar un seguimiento a los individuos que participaron en el programa preventivo para evaluar los efectos a largo plazo de la intervención.
Se plantea entonces, una serie de factores que se deben utilizar para una evaluación completa del síndrome de abuso infantil. En los casos de abuso la evaluación debe incluir un instrumento para cada padre y uno para el niño que analice las interacciones entre los miembros de la familia y su medio.
Algunos de los factores que se deben evaluar son:
-Factores de los padres: Historia de deprivaciones en la infancia, presencia de psicopatología, anormalidades en su personalidad, mala percepción del niño, déficits de conocimiento, actitudes inapropiadas y explicaciones inapropiadas de la condición del niño.
- Factores del niño: Historia de salud sospechosa, anormalidades físicas, anormalidades del desarrollo, anormalidades de personalidad y comportamiento.
- Factores del medio: Presencia de un estresor crónico, presencia de un estresor situacional, reacciones anormales ante el estrés y condiciones de vida peligrosa.
- Factores de la familia: Anormalidades en la interacción familiar y anormalidades en el apoyo familiar. En el campo de la investigación la evaluación la validez y confiabilidad son elementos necesarios para que los instrumentos de investigación sean realmente útiles.
El conocimiento de la confiabilidad y la validez es un requisito indispensable para que los datos de los instrumentos tengan una utilidad óptima.
Dentro de los programas de prevención de abuso sexual por lo general se logran mejoras en el conocimiento de los niños sobre el abuso sexual, por ejemplo sobre caricias buenas y caricias malas y sobre secretos, sin embargo esas mejoras son típicamente un incremento de solo uno o dos conceptos de prevención.
Planteo tres consideraciones metodológicas las cuales se deben tener en cuenta en los programas de prevención de abuso sexual: la falta de respuesta que evalúa la actitud de los niños en las formas de prevenir el abuso; las limitaciones en las medidas de respuesta usadas (falta de evidencia de propiedades psicométricas); y limitaciones en el diseño como la falta de grupos control y asignamiento aleatorias de condiciones. Además otros problemas en la evaluación de programas para la prevención de abuso sexual incluyen una falta de consideración general de las diferencias de edades.
Revisaremos pues, tres aspectos importantes para la preparación de las personas involucradas en la prevención:
Necesidad de describir lo que se entenderá en el programa por conocimiento del niño respecto al abuso sexual.
Para describir éste vamos a tener en cuenta principalmente los puntajes obtenidos a través del instrumento de medición (tests). Se medirá la adquisición o refuerzo de conceptos que consideramos importantes en esta etapa de desarrollo del niño (entre 8 y 10 años).
Teniendo en cuenta el punto anterior es necesario que dentro del programa se puntualice sobre el desarrollo del niño y los cambios que se producen en la etapa escolar.
Los niños al llegar a la escuela (aproximadamente a los 8 años) "entran en contacto con el mundo más amplio y complejo que el que hasta entonces conocía, y su experiencia escolar lo compromete en una exploración más activa del ambiente que le exige nuevas y continuas adaptaciones; estas, además de permitirle un mayor conocimiento de sí mismo, le ayudan a adquirir conceptos verdaderos y propios de la realidad"
En esta edad el niño aprende a distinguir los elementos que identifican o diferencian los objetos.
Reconocer los posibles indicadores y factores de riesgo del abuso sexual y como responder a estos.
Los anteriores aspectos ya han sido revisados en trabajos anteriores a lo largo de nuestra investigación, por lo cual los incluimos directamente en los manuales dirigidos a profesionales.
La investigación en curso se dirige a responder si existe una asimilación de información que reduzca la vulnerabilidad de un grupo de niños, utilizando como herramientas un programa de prevención del abuso sexual infantil y un test de conocimientos. El objetivo principal al realizar esta investigación es determinar la eficacia de nuestro programa para prevenir el abuso sexual en los niños, por medio de la comparación entre un grupo control y otro experimental, y la utilización de un diseño pre y post test. La eficacia del programa se evaluará teniendo en cuenta principalmente los puntajes obtenidos en los tests. Otro aspecto que no se puede ignorar es la posible presencia de denuncia después de aplicado el programa. La denuncia es un factor que nos indica que los niños que han sido víctimas del abuso han asimilado los conocimientos que les fueron inculcados (por ejemplo, el niño puede llegar a comprender que es malo guardar cierta clase de secretos).
Debe tenerse en cuenta que los casos de abuso sexual infantil denunciados son escasos y a veces de manera inmoral "se negocian" para evitar escándalos.
El abuso sexual es raramente denunciado en nuestra sociedad por parte de la madre debido a:
- Miedo a la retaliación física.
- Miedo a la destrucción marital.
Según el Instituto de Medicina legal, los mayores inconvenientes para poder llevar a cabo la sanción de los agresores son:
- El bajo nivel de denuncia
- La tendencia a no completar el proceso hasta la ultima instancia.
- Desistimiento de la víctima como consecuencia de presiones familiares.
- Desconocimiento de los derechos.
- Confusión de las autoridades. Las autoridades no saben como llevar el caso ni como orientar a la familia y al menor, lo cual genera una dispersión en el proceso que hay que seguir, y por ello muchas personas prefieren no continuar.
Otro de los objetivos principales es intervenir para suprimir, reducir, contrarrestar o evitar los posibles factores causales asociados al abuso y no solo para enfrentar manifestaciones de tales problemas.
Los objetivos secundarios de esta investigación son los que proponen como objetivos de los programas para la prevención secundaria del maltrato infantil:
Aumentar el conocimiento de las personas a cargo de los niños acerca del desarrollo del niño.
Aumentar y mejorar las habilidades de los maestros y profesionales a cargo de los niños para hacer frente a las situaciones estresantes que presentan los niños y su cuidado.
Mejorar la vinculación con el niño, los lazos de tipo emocional y la comunicación mutua.
Los objetivos del programa se pueden sintetizar así:
Fortalecimiento de la situación de control en un conflicto sexual.
Aumento de las preferencias del niño por estrategias de negativa, como por ejemplo la solución de problemas y la evicción, incluso cuando el niño dependa o tenga un vínculo con el agresor.
Aumentar en el niño la sensación de que la protección contra el abuso es factible.
Prevenir el abuso sexual infantil por medio de un programa enfocado hacia la vulnerabilidad del niño.
Desarrollar el programa a través de sesiones en las cuales se dará información sobre temas que se creen pertinentes para disminuir la fragilidad del niño frente al abuso.
Definir las variables pertinentes para el desarrollo del programa y estas se apoyarán con materiales didácticos que posibiliten una mejor comprensión y atención por parte de los niños.
Evaluar cuantitativamente las variables a tratar en las sesiones, por medio de un test aplicado antes y después de la aplicación del programa, para medir la eficacia del mismo.
El principal propósito de este programa de prevención es aumentar la capacidad de autoprotección de los niños. El programa se realizó para contribuir a la seguridad en situaciones de abuso potencial.
JUSTIFICACIÓN
Presento un programa de prevención del abuso sexual dirigido a educar a los niños y niñas, considerándolos como víctimas potenciales, en las formas más adecuadas de reconocer, evitar y controlar las posibles situaciones de abuso sexual que les pudieran suceder. En este programa se tendría en cuenta la edad de los niños a quienes se dirige, el número de sesiones utilizadas y la terminología empleada.
El programa resulta importante dentro de la prevención del ASI, ya que lo realmente esencial dentro del ámbito de la vulnerabilidad es potencializar en los niños sus fortalezas y capacidades antes que sus debilidades o carencias.
El interés e iniciativa que nos motiva, no se reduce solo a la prevención de la ocurrencia de problemas como el abuso sexual infantil, sino también ayuda a los niños a reconocer posibilidades y seguridad para enfrentar otro tipo de problemas.
Para la prevención resultan relevantes una serie de temas que facilitan este proceso. El primer tema que se va a tratar es la autoimagen y autoestima. La auto-confianza es el 90% de la prevención. Si los niños creen que no pueden prevenir el abuso, probablemente ellos no tratarán de hacerlo. Los padres o las personas a cargo de los niños tienen que enseñarles que ellos son personas valiosas como todos los seres humanos y que son capaces de defenderse. Es importante decirle a los niños "tu puedes hacerlo" para que se sientan seguros de sí mismos, y sacarles sus sentimientos de desvalidez como "pobrecito yo" o "yo no valgo nada". Cada persona tiene cualidades muy importantes que hay que resaltar sobre todo en los niños, para que se den cuenta que también son personas útiles dentro de su familia o en su colegio. Lo importante no es decirles a los niños que son perfectos sino hacerles ver que son libres de expresarse como son.
Es igualmente importante hablar del cuerpo humano, ya que es necesario que los niños se reconozcan a sí mismos, ya que así aprenden a valorarse y a valorar a sus compañeros. Enseñar que todas las partes del cuerpo son igualmente importantes, especiales y útiles, y que no deben sentir vergüenza de él. Además, los programas de prevención deben tratar sobre la propiedad del propio cuerpo y del derecho personal a controlar el acceso a él.
El segundo tema es la confianza. El crear lazos de confianza entre los niños, y entre ellos con los adultos es básico para que ellos puedan expresar en cualquier momento sus dudas, inquietudes y temores. Los padres y/o personas a cargo de los niños deben decirle a estos que ellos están en condiciones de escuchar cualquier cosa que ellos sientan que deben decir, sin importar que sea un tema del cual se avergüencen o sientan temor. En muchas ocasiones es importante que el niño tenga otra persona en quién confiar aparte de sus padres, porque la persona que le esta haciendo daño probablemente es algún miembro de su familia. Esta persona puede ser un compañero de colegio, o su profesor, pues con ellos se establecen lazos de confianza, más fácilmente por la cantidad de tiempo que permanecen juntos.
Otros conceptos importantes son la privacidad y el respeto. Es importante retomar estos conceptos por que los niños no tienen muy claro lo que se entiende por privado. En sus hogares se les puede confundir, ya que algunos padres violan el derecho de privacidad de los niños pero exigen el suyo. Respetar es atender, obedecer o cumplir las reglas que nosotros mismos u otras personas han establecido y con las cuales debemos estar de acuerdo.
Respetar es no tocar o coger las cosas privadas de otras personas (Enseñando a los niños a evitar el A.S.I). Es muy importante enseñar a los niños que su cuerpo también merece respeto, que su cuerpo es algo privado y que nadie tiene derecho a tocarlos si ellos no lo desean. Es necesario respetar siempre las cosas privadas de las otras personas y exigir respeto para las nuestras.
Los secretos son otro punto que requieren de discusión profunda. Vamos a establecer dos clases de secretos: los apropiados y los no apropiados. Se debe tratar de enseñar a los niños la diferencia entre lo que puede considerarse como un secreto apropiado y un secreto no apropiado, y la conveniencia de mantener o no diferentes tipos de secretos. Se sabe, a través del estudio de la víctimas de abuso sexual, que la en mayoría de las ocasiones, sea por las exigencias y amenazas del abusador o por la propia percepción negativa de la víctima, se oculta la ocurrencia del abuso sexual incluso a personas de gran confianza, y se tiende a pensar que se trata de una situación que no ocurre a otro tipo de personas. El abuso sexual infantil suele ser uno de los secretos más potentes y dúramente mantenidos a lo largo de la vida de la mayoría de las víctimas. Por ello, este programa invita a que desde el primer momento de su ocurrencia se relate la situación a personas de confianza (si ha sucedido el abuso).
Considero conveniente integrar todo lo visto durante las sesiones con el concepto de abuso sexual. Creo que al final de cada sesión es fundamental introducir este concepto de una manera muy sutil, simple y dinámica para que sea de fácil comprensión para los niños. Proponemos la utilización del juego de roles para que afloren las conductas que se generarían en situaciones difíciles o conflictivas.
En la última etapa del programa (la última sesión) los instructores deben atender todas las preguntas formuladas por los niños para que no queden conceptos en el aire. Además harán entrega a los niños de un manual didáctico, del cual se dará una breve explicación para que con este refuercen los conocimientos adquiridos a lo largo del taller y puedan hacer uso de él en cualquier situación de peligro.
MÉTODO
Sujetos
Uno de los primeros requisitos que vamos a tener en cuenta para la selección de los niños es que pertenezcan a una escuela de clase socioeconómica baja. Escogimos esta clase social ya que existe una mayor probabilidad de ocurrencia del abuso, debido a las condiciones económicas y culturales, además se presentan mas frecuentemente factores de riesgo (hacinamiento, drogadicción, alcoholismo, colecho (dormir en la misma cama con alguno de los padres), ausencia de uno de los padres, inestabilidad económica y laboral).
Un segundo criterio de elección es la edad. Nuestro grupo de niños debe estar entre 8 y 10 años (aproximadamente en tercero y cuarto grado de primaria). Se toma este rango de edad porque los niños tienen mayor habilidad cognitiva para entender el proceso de reproducción humana. En esta etapa es fundamental iniciar al niño en educación sexual y obviamente en abuso sexual pues, como mencionamos antes los niños empiezan a diferenciar objetos y a adquirir conceptos verdaderos y propios de la realidad y de sí mismos, sumado a esto debemos tener en cuenta que los niños entre estas edades tienen la mas alta incidencia de abuso sexual.
No vamos a establecer una distinción de sexo, de tal forma que el programa se puede aplicar tanto a niñas como niños. Teniendo en cuenta que este fenómeno no es exclusivo en las mujeres (o niñas).
Me parece apropiado empezar nuestra investigación con una muestra pequeña, seleccionando al azar (dentro del plantel elegido) cuatro niños de cada grupo de edad (Ej. cuatro niños de 8, cuatro de 9, cuatro de 10, formaran el grupo al que se le aplicará el programa), completando una muestra de veinticuatro niños en total, ya que el grupo control se forma de igual forma que el grupo experimental.
Instrumentos
En términos generales se elabora un programa de prevención del abuso sexual infantil que consta de seis sesiones: introducción, autoimagen y autoestima, confianza, privacidad y respeto, secretos y evaluación final. En cada una de las cuáles se explicará un tema específico y luego se realizará una actividad relacionada con lo expuesto. Éstas se llevarán a cabo dentro del plantel estudiantil escogido para la investigación. Todas estas especificaciones se expondrán mas claramente en un manual anexo dirigido a quien aplicará el programa.
Como se dijo antes, se aplicará un test (Anexo A) de conocimientos de conceptos relacionados con el abuso sexual (antes y después de aplicar el programa). El test va a evaluar los conocimientos que el niño posee sobre el abuso sexual antes de intervenir con el programa; ya que es importante saber si la institución educativa en la que se encuentran da alguna información sobre este tema. El test en su versión post-test va a evaluar la adquisición de nuevos conceptos o el refuerzo de nociones que ya tenían.
Este tipo de tests funcionan a corto plazo, pues el conocimiento sobre el tema aumentó de manera considerable. A largo plazo vuelve el temor original de los niños, el aprendizaje se pierde con el tiempo. Este problema lo queremos atacar con un manual, de tal forma que la información se mantenga en manos de los niños para cuando lo necesiten. En un estudio más reciente, se contempla la posibilidad de aplicar un diseño pre y post test con resultados positivos, acompañado de un programa de prevención. El test que se encuentra anexo, es una aproximación a aquellos elementos que creemos necesario deben estar presentes en la detección y prevención, pero que, debido a nuestra falta de conocimiento acerca de la forma correcta de construcción de pruebas, se hace muy flexible. Necesitamos un soporte teórico más amplio que nos indique la manera en que se deben plantear las preguntas de una manera psicométrica mas avanzada.
Para complementar esta evaluación cuantitativa, nos gustaría acudir a la cartilla "No estás solo" ya que se facilita su uso debido al lenguaje sencillo y claro, que invita a la proyección del niño a través de la creatividad y el juego. Por medio de esta el niño puede expresarse libremente, de tal forma que se hace posible la detección, además le brinda elementos de apoyo en el caso de que esté siendo víctima de abuso. Teniendo en cuenta que el programa se pensó para fortalecer al niño e incentivar la capacidad de manejar sus propias acciones, la cartilla nos permite explorar la percepción del niño sobre sí mismo, los niveles de autoestima y su imagen corporal. También ofrece la posibilidad de descubrir la percepción que el niño tiene de su entorno familiar, detectando la percepción del niño con respecto a sus relaciones familiares, explorando formas de expresión y alternativas de comunicación dentro de su propio entorno. Las actividades que allí se desarrollan permiten que el niño inspeccione sentimientos experimentados por él frente a situaciones concretas, y le proporcionan un espacio de confianza en el que el niño pueda expresar con seguridad sus sentimientos a través del lenguaje. En adición este es un buen método cualitativo que ayuda a que se manipulen aspectos tales como la acertividad y la forma en que el menor aborda las situaciones conflictivas.
Procedimiento
En primer lugar, se procede a instruir a los maestros sobre el tema y el programa de prevención. Luego, se reúne el grupo de niños para realizar una sesión introductoria donde se aplica el test y se brinda información básica acerca del programa y del papel que cumplirá el instructor en este. Además en esta sesión se aplicará la cartilla "No estamos solos". Posteriormente se aplica el programa, sesión por sesión con sus respectivas actividades. Al terminar el programa, en la última sesión, se aplica el mismo test para comprobar si aumentó el nivel de conocimientos sobre el abuso. Estos test se deben aplicar al mismo tiempo en los dos grupos (control y experimental). Al final se compararán y analizarán los resultados (puntajes obtenidos), para dar respuesta a nuestra pregunta investigativa.
El programa tiene una duración total de tres semanas, se realizarán dos sesiones en cada semana. Los días se escogerán de acuerdo a la disponibilidad del plantel, pero se hará la sugerencia de aplicarlo los lunes y miércoles; los martes y jueves o los miércoles y viernes. La duración de cada sesión se especifica en el manual del programa de prevención.
Hasta el momento se han desarrollado diferentes programas que buscan la prevención del abuso sexual en los niños, cuando se habla de prevención se debe tener en cuenta el fortalecimiento del carácter del niño, el fomento de su independencia así como su libertad. Se puede conseguir que los niños tengan mas confianza en si mismos sin atemorizarlos ni fomentar la desconfianza hacia los extraños, sino tratando de afianzar la seguridad en su propia persona.
Para establecer la efectividad de los programas de prevención se debe incluir una metodología apropiada y una medición adecuada de los resultados. Además se debe realizar un seguimiento a los individuos que participaron en el programa preventivo para evaluar los efectos a largo plazo de la intervención.
Se plantean una serie de factores que se deben utilizar para una evaluación completa del síndrome de abuso infantil. En los casos de abuso la evaluación debe incluir un instrumento para cada padre y uno para el niño que analice las interacciones entre los miembros de la familia y su medio.
Algunos de los factores que se deben evaluar son:
- Factores de los padres: Historia de deprivaciones en la infancia, presencia de psicopatología, anormalidades en su personalidad, mala percepción del niño, déficits de conocimiento, actitudes inapropiadas y explicaciones inapropiadas de la condición del niño.
- Factores del niño: Historia de salud sospechosa, anormalidades físicas, anormalidades del desarrollo, anormalidades de personalidad y comportamiento.
- Factores del medio: Presencia de un estresor crónico, presencia de un estresor situacional, reacciones anormales ante el estrés y condiciones de vida peligrosa.
- Factores de la familia: Anormalidades en la interacción familiar y anormalidades en el apoyo familiar. En el campo de la investigación la evaluación la validez y confiabilidad son elementos necesarios para que los instrumentos de investigación sean realmente útiles.
El conocimiento de la confiabilidad y la validez es un requisito indispensable para que los datos de los instrumentos tengan una utilidad óptima.
Dentro de los programas de prevención de abuso sexual por lo general se logran mejoras en el conocimiento de los niños sobre el abuso sexual, por ejemplo sobre caricias buenas y caricias malas y sobre secretos, sin embargo esas mejoras son típicamente un incremento de solo uno o dos conceptos de prevención.
Planteo tres consideraciones metodológicas las cuales se deben tener en cuenta en los programas de prevención de abuso sexual:
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