miércoles, 27 de mayo de 2009

LA SEPARACIÓN

EL HIJO DE PADRES SEPARADOS
Por: Óscar A. Campuzano G.

Dado el elevado número de separaciones entre parejas que se producen hoy en día, son muchos los niños afectados por esta situación. Esta situación ha dejado de ser excepcional para pasar a ser bastante habitual.

Además del shock emocional para los padres que supone una ruptura sentimental, éstos cargan con el miedo de cómo toda esa situación repercutirá en sus hijos.
Las consecuencias que sufre el hijo de padres separados estarán más relacionadas:

- Con las desaveniencias familiares previas y asociadas a la separación.
- Y con el papel que hacen jugar al niño en la separación más que con la propia separación.
Esto, junto con la edad y la madurez del propio niño condicionarán la forma cómo esta separación influirá en su desarrollo.

Veamos varios apartados:

Posibles reacciones en el niño

Como influye la edad y madurez del niño

Mensajes clave para recordar al niño

Mensajes clave para los padres
POSIBLES REACCIONES DEL NIÑO

- Reacción de ansiedad, e incluso angustia, durante el conflicto y tras la separación de los padres. Suelen sentir miedo.

- Lloran a menudo y esto les tranquiliza. Hay que acompañarles en ese momento, y favorecer esa expresión del dolor que sienten.

- Insisten una y otra vez en el deseo de que los padres vuelvan a estar juntos. Hasta que no aceptan que esto no es posible, se muestran muy tristes e infelices. Acabarán aceptando que esto no es más que una fantasía.

- Algunos se acuerdan del otro progenitor, cuando el que está con ellos les regaña; y desean tanto estar con el otro, que incluso pueden llegar a pensar en escaparse de casa. Llegan a idealizar más al otro progenitor, al ausente, pues sólo recuerda los buenos ratos pasados con éste.

- Probablemente, aparezcan trastornos en el sueño y en la alimentación
COMO INFLUYE LA EDAD Y MADUREZ DEL NIÑO

- Cuanto más pequeño es el niño, dispone de menos mecanismos para elaborar lo que está pasando. En consecuencia, suelen aparecer manifestaciones de ello a través del cuerpo: molestias abdominales, vómitos, dolores de cabeza...

- Cuando el niño es algo mayor puede sentirse la causa de dicha separación y, por tanto, sentir gran culpabilidad. Suelen aparecer depresiones con fases más agresivas, repercusiones en el rendimiento escolar, regresiones a edades anteriores (vuelven a surgir comportamientos anteriores, de más pequeños,...)

En niños ya más mayores, suele desarrollarse una hipermadurez en parte positiva, pero a la vez peligrosa que pretende sustituir al progenitor ausente.

MENSAJES CLAVES PARA RECORDAR AL NIÑO
- La decisión de separarse es exclusivamente de los padres. Ellos han tomado esta decisión porque creen que es lo mejor para todos los componentes de la familia. Los hijos no han tenido nada que ver en esta decisión.

- Los padres no se han separado porque el niño se haya portado mal, pues otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así.

- Resaltar al niño cuántas personas se preocupan por él (abuelos, amigos, profesores,...) y desean que sea feliz. Por tanto, ha de borrar ese miedo que siente a ser abandonado, a quedarse sólo. Cuenta con el cariño de más personas.
- Seguirá disponiendo de ambos padres, en todos los aspectos que él precise, aunque ya no vivan juntos.

- Siempre que le preocupe algo o se sienta mal, podrá hablar con los padres; ello le hará sentirse mejor.

- Aunque los padres se hayan separado, el niño puede igualmente amar y ser amado; no tiene por qué repetirse esa situación siempre.

- Los padres demuestran su amor de muy diversas maneras. Pero puedes sentir que tus padres te siguen queriendo si intentan estar contigo todo el tiempo que pueden, si te ayudan cuando lo necesitas y si te escuchan.
MENSAJES CLAVES PARA LOS PADRES

- No caer en la sobreprotección del hijo por pena; se le ha de seguir tratando como a un niño "normal" de su edad. Si no "no le ayudaremos a crecer", acabará comportándose de forma inmadura y más infantil de lo que le corresponde.

- Todas las personas tienen virtudes y defectos; también los padres. Hablar con el niño del otro progenitor con argumentos reales, sin caer en la ficción.

- Es preferible que, los días de encuentro, no se llenen excesivamente con actividades, pues si se ocupa el tiempo en hacer demasiadas cosas, no hay tiempo para charlar, comunicarse,...

- Los puntos más conflictivos de los padres tras la separación suelen ser: los hijos, el dinero y las nuevas relaciones. Intente ser objetivo y no intentar poner al hijo de su parte. Hay que intentar solucionar estas cuestiones, sin involucrar a los hijos.

- Es preferible para los niños, que vuelva a constituirse una familia compuesta por hombre y mujer, aunque uno de ellos no sea el verdadero progenitor; ello reparará los vínculos dañados, aunque requerirá tiempo la aceptación de esa nueva situación por parte de todos.
El divorcio de los padres y las consecuencias para los hijos

El número de divorcios y de separaciones ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según Investigaciones Sociológicas, el número de divorcios había aumentado un 47% y el de separaciones matrimoniales en más de un 65%. Eso significa que muchos niños (los hijos) estarán ingresando en situaciones para las cuales no están preparados. Y aunque pensemos que es mejor que la pareja se separe que continúen viviendo situaciones conflictivas de convivencia, indudablemente, una separación afectará a sus hijos.

En todo caso, si el niño está viviendo situaciones no idóneas, por ejemplo, de constantes peleas, discusiones, que terminan en maltrato, problemas de alcoholismo o drogas, y que el ejemplo de su padre y/o madre no sea el más adecuado, será más beneficioso para él que sus padres se separen. Esta comprobado que el niño sufre mucho más en situaciones en que los padres son infelices juntos que cuando deciden vivir separados. Los niños quieren sentir que sus padres son felices. Es importante considerar que al tomarse la decisión de separarse que se analice primero la relación con los hijos, los cambios que éstos pueden sufrir, las razones que tendrán que presentar a los hijos, y sobretodo que su decisión no afecte ni comprometa a las necesidades básicas de los niños. El niño continuará necesitando de cariño, de cuidados, de atención, de apoyo, comprensión, etc.
Padres separados y los hijos

Aunque separados, la pareja ya no es una pareja de matrimonio pero jamás dejará de ser una pareja de padres para sus hijos. No se puede olvidar que los niños tienen derechos y necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, el cuidado cuanto a la salud, la educación, la vestimenta, en resumen, atenciones de todo tipo. Los niños sólo se sentirán seguros si existe un clima de confianza, respeto, y de afecto con sus padres. Considerando estos derechos, los padres deberían ofrecer una educación basada en valores como el optimismo, la responsabilidad y la familia, brindando a sus hijos con una convivencia civilizada, integradora y social, observando el comportamiento de sus hijos y estando a su lado en todas las horas en las que necesiten y no solo durante las establecidas visitas. Todo eso, aparte de las obligaciones económicas para la manutención de todas las necesidades básicas de los niños.

La explicación del divorcio O SEPARACIÓN a los hijos

No se debe ahorrar esfuerzos para que los hijos entiendan la decisión de los padres. En general los divorcios son muy traumáticos para los hijos, pero si para los cónyuges es algo insoportable el no separarse, el mantenerse juntos supondría un engaño a los hijos, una farsa, y probablemente sufrirían mucho más viendo discusiones diarias y una falta de amor o cariño patente, que si el divorcio se consumara.
Esta claro que el divorcio no es bueno, y muchas veces, dependiendo de cómo se dé la separación puede significar un dolor difícil de superar para los hijos. Sobre todo hay que evitar meter a los niños dentro del conflicto. Hay que saber diferenciar entre la pareja y el papel del padre y/o madre.
Cómo explicar la separación de los padres

Lo ideal sería que los hijos fuesen informados sobre la situación de una forma adecuada según la edad, que no se hablase mal a los hijos de su padre o madre, que se concediese tiempo a los hijos para que asimilen y entiendan la nueva realidad, que los hijos se sintiesen seguros, y que todos tuviesen una orientación profesional y consejos que les ayudasen a se comunicar y resolver el problema. Es importante que la información sobre la separación de la pareja sea dada al hijo por sus padres y no por terceras personas.

Consejos para hablar de divorcio o separación con los hijos:

- Explica a tu hijo que papá y mamá ya no pueden y no desean vivir juntos y que a partir de ahora vivirán en distintas casas.
-Hable con tus hijos de la realidad de la separación teniendo el cuidado de no culpabilizar a nadie.
- Asegure repetidamente a tus hijos que ambos padres les siguen queriendo igual o más que antes y que él será visitado por el padre o la madre que no tenga su custodia.
- Mantenga constantes al máximo los aspectos habituales de tu hijo: domicilio, entorno, relaciones con los padres, colegio, horarios, etc.
- Asegure a tus hijos que ellos no tienen ninguna responsabilidad por lo que ocurrió, por el divorcio. Ellos no tienen la "culpa". La culpa tiene papá y mamá por igual.
- Explique claramente que el divorcio es definitivo. Que no existe la posibilidad de volver atrás.
- Trate de proteger las opiniones positivas que tu hijo tenga de ambos padres.
- Facilite la relación de tu hijo con el progenitor, siendo flexible en los horarios, etc.
- Trate con el progenitor no custodio todo lo relacionado con la educación, la salud, etc., de su hijo.
Cuidados de los padres separados que no viven con los hijos

- Los hijos no son objeto. Lucha no por apropiarse de ellos y sí por su libertad.
- Es necesario estar con ellos para darles amor.
- Luche por él movido por tu amor y no por el odio o el rencor hacia quien le impide verlo
- Los hijos seguirán aprendiendo de tu comportamiento. Pórtate bien. Si lo que quieres es respeto, respeta a tu hijo.
- Los hijos necesitan al padre y a la madre. No importa lo humillado, desprotegido que se encuentre, nadie puede darle lo que él necesita sino sus padres. Para ellos el padre y la madre son únicos e irremplazables.
Reacción de los hijos al divorcio o separación
Cuanto más pequeño sea el niño, más dificultades tendrá para entender el por qué de la separación de sus padres.
Cuando un niño de cuatro o cinco años se entera de que sus papás se separan, hay un gran desconcierto porque él todavía no lo entiende. Él ha visto a sus padres siempre juntos y se niega a admitir que esta situación se cambie. Protestará día a día de la ausencia del otro, e insistirá en que vuelvan a estar juntos. Pero todo eso dependerá muchísimo de la forma en que se desarrolle el proceso de separación. Los padres no deberán ahorrar esfuerzos para que los niños entiendan su decisión y les hagan ver que es algo necesario.
Cuanto menor el niño, más dificultad tendrá para entender lo que esta pasando en su casa. Ante la situación de separación de sus padres, muchos hijos se ponen rebeldes, malcriados o deprimidos, y esta situación fácilmente se reflejará de una manera negativa en su desarrollo en la escuela, en su contacto con la familia, y en su convivencia social, lo que hará con que pasen a buscar otras salidas no adecuadas y beneficiosas para sus conflictos. En otros casos, las consecuencias vienen después del divorcio y la competencia entre quién es mejor, si el padre o la madre, según el trato que se les den.

Consecuencias psicológicas que la ruptura conyugal puede generar en los hijos

Divorcio o separación en el embarazo

Si la separación ocurre durante el embarazo o durante los primeros meses de vida, es probable que el niño se vea afectado por el estado de ánimo de la madre, y por lo tanto pueda nacer con poco peso o con retraso en el desarrollo cognoscitivo y emotivo.

Divorcio o separación con hijos entre uno y tres años

En la época de la separación, es probable, que el niño se vuelva muy tímido, se comporte como un niño más pequeño que su edad afectiva, requiera mucha más atención y tenga pesadillas nocturnas. Divorcio o separación con hijos entre 3 a 6 años

El niño no entiende todavía qué es una separación, pero al notar que uno de los miembros de la pareja no duerme en casa, es probable que piense que es por su culpa, y reaccione de formas opuestas: o se vuelve muy obediente (pensando que si es bueno el padre volverá) o también mucho más agresivo o rebelde de lo que su carácter haría esperar.

En esta edad, además algunos de los pequeños niegan la ruptura tanto a sí mismos como a los demás (mienten a los parientes o amigos diciendo que sus padres todavía duermen juntos de noche, y ellos siguen jugando con muñecas durante meses, simulando su propia familia y haciendo que sus padres duerman uno al lado del otro).

Divorcio o separación con hijos de hasta los 6 años

Los niños sufren un gran temor a ser abandonados, junto con una profunda sensación de pérdida y de tristeza. Pueden sufrir trastornos del sueño, de alimentación y adoptar conductas regresivas.
Divorcio o separación con hijos entre los 6 y 9 años

Aparecen sentimientos de rechazo, las fantasías de reconciliación y los problemas de lealtad. Es posible que los niños experimenten rabia, tristeza y nostalgia por el padre que se ha ido. En los casos en que los cónyuges han tenido conflictos graves, algunos hijos pueden vivir una lucha entre sus afectos por los padres y por la madre. Otras veces, se les descuida en el aspecto material, obligándolos a que preparen la comida, vigilen a los hermanos menores y asuman responsabilidades demasiado pesadas para su edad.

Divorcio o separación con hijos entre 9 y 12 años

Los hijos suelen manifestar sentimientos de vergüenza por el comportamiento de sus padres, y cólera o rabia hacia aquel que tomó la decisión de separarse. Además aparecen los intentos de reconciliar a sus padres, el descontrol de los hábitos adquiridos y problemas somáticos (dolores de cabeza, estómago...)
Divorcio o separación con hijos adolescentes

· De los 13 a los 18 años, la separación de los padres causará problemas éticos, y provocará, por lo tanto, fuertes conflictos entre la necesidad de amar al padre y a la madre y la desaprobación de su conducta. Generalmente las reacciones más comunes en esta etapa son:
· Una madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del progenitor ausente, aceptando sus responsabilidades.
· Por el contrario podría adoptar una conducta antisocial: no acata ni acepta las normas, desobediencia, conductas de robo, consumo de alcohol, drogas...

La separación no necesariamente debe causar estas reacciones, pero sí algunas de ellas.

Es importante subrayar que la diversidad de experiencias que viven los hijos después de la separación de los padres es, de cualquier modo, una señal positiva, porque prueba que el divorcio no es el único hecho que los perjudica y que, muchos de ellos, superan la crisis familiar saliendo de ella reforzados y más maduros que sus coetáneos pertenecientes a familias unidas.
¿Dormir en la cama de los padres porque se han separado?

¿El bebé o niño debe o no dormir en la cama de los padres?

Enseñar al niño a que se duerma solo, teóricamente, es lo mismo que enseñarle a comer, a ducharse, a cambiarse él solito. El sueño también es un hábito, muy necesario, que entra en la vida del niño y que, como todo lo demás, debe ser bien orientado desde el principio. Un niño que no duerme bien, es decir, que no concilia el sueño en su camita, da el mismo trabajo que otro que no quiere sentarse a la mesa o que monta un escándalo para irse a la ducha.
Muchos padres cometen el error, por variados motivos no siempre justificables, de llevar al bebé a su cama. Según algunos expertos en sueño infantil, el bebé ya debe ser puesto en su cuna desde su primer día en casita, para evitar a que se acostumbre a dormir con los papás. En determinadas circunstancias, muy puntuales, cuando el bebé está enfermo y los padres se sienten más tranquilos por tenerlo más cerca o porque en el medio de la noche el bebé se despierta asustado, se puede tolerar a que el niño o la niña se duerma en la cama de sus padres, pero mucho cuidado para que eso no se convierta en un hábito. Los niños son muy listos y pueden aprovecharse de la situación. Y para cambiar la realidad les costará muchísimo.

La rutina es lo mejor

Para que el niño no se acostumbre a dormir en la cama de sus padres es necesario llevarlo de vuelta a su cama cuantas veces sea necesario, sin hablar ni discutir. Los niños se comportan mejor cuando identifican un modelo en el que puede confiar. Enseñarles a dormir siempre a la misma hora, en su camita, con o sin osito o cobijita, les ayuda a entender lo que se espera de ellos. La rutina es lo mejor en estos casos. Evitará situaciones de ansiedad, y de innecesarias negociaciones. Una buena rutina a la hora de dormir puede durar de 15 a 30 minutos. Entre la ducha, los mimos, la limpieza de los dientes, los cuentos o las músicas, las oraciones, y lo que se les ocurra, el niño seguramente conciliará el sueño más tranquilamente. Intenta mantener la rutina en los mismos horarios todos los días. Así estará educando el sueño de tu hijo.
Es conveniente que el bebé o el niño pequeño se duerma siempre en el mismo lugar. El cambio de lugar, de cama, etc., puede dificultar el desarrollo de su modelo de dormir. En el caso de padres separados, como no se puede compartir el mismo lugar, es recomendable que se esfuercen para mantener la misma rutina cuanto a los horarios y las costumbres. Cojines, mantas, y objetos de estimación similares, y empleados a la misma hora. Es necesario seguir la misma estructura y rutina a la hora de dormir.
No es bueno dormir con los padres

Para los niños es una maravilla dormir con sus papás. Pero si ese hábito se convierte en una rutina, puede haber consecuencias no muy agradables. Dormir en la cama de los padres generalmente está contraindicado. Es necesario enseñar a los niños nociones de privacidad desde la más temprana edad.

Cuando es todavía un bebé se puede hacer algunas concesiones, pero a partir de los 3 años de edad, dormir con los padres, puede hacer con que el niño o la niña no desarrolle su individualidad ni la seguridad en sí mismo. Se puede convertirse en un niño dependiente, e inseguro.

¿Puedo dormir aquí?

Muchos niños sufren por la noche, con los miedos a la oscuridad, a los imaginables "monstruos", etc. El niño debe aprender a superar sus miedos, con la ayuda de sus padres. Y esta ayuda consiste en hacer con que el niño se enfrente y no huya de la situación. Hay que tener mucha paciencia, pero también mucha firmeza y persistencia. Todo es una cuestión de tiempo.

Cuando el niño tenga miedo es preferible que quedes un rato en su cama para tranquilizarlo que llevarlo a la cama de los papás.
Dormir en su habitación, para ellos, es estar "lejos" de papá y de mamá. Es separarse de ellos.
La hora de dormir es entendida por ellos como la hora de separarse de los padres, de sus hermanos, de sus juguetes y de todo lo que podría estar haciendo. Esta es la razón por la que la mayoría de los niños se vaya a la cama siempre protestando. Por eso, como cualquier otra necesidad, el dormir solo también se aprende. Lo ideal es que entre los tres y los seis meses de edad el niño ya esté durmiendo solo o con sus hermanos. Para los niños eso significa dar un paso a la autonomía; para los padres es recuperar intimidad. Superada esta primera etapa, podrán aparecer otras. Por ejemplo: cuando el niño ya consigue salir de la cuna y camina. Esta otra etapa suele aparecer entre los 12 y los 18 meses de edad. Luego, la conocida ansiedad de separación irá decreciendo poco a poco a los tres años de edad. Y a los cuatro años empezarán a aceptar la separación parcial de sus padres porque a esta edad ya van al colegio y van a jugar a la casa de amiguitos.

Padres separados : Hijo abandonado ¿Qué se debe hacer cuando una pareja se separa y los dos (cada uno por su lado) "pasan" del hijo de 10 años que tienen en común y éste (que hasta entonces ha estado supermimado) es bastante problemático (por malcriado) y siempre lo dejan con la abuela o con el resto de familiares continuamente?

La separación no llega como la descarga de una tormenta repentina; es el punto final de determinadas distensiones conyugales que versan sobre los sentimientos, los gustos, las opiniones, la unión sexual, los criterios más sinceros de cada uno de los esposos. En una separación, la distancia entre ambos cónyuges se ensancha hasta situar a cada uno de ellos en un universo totalmente diferente del que ocupa el otro. Pero en este caso existe un hijo, que es el vivo testimonio de un lazo conyugal y que reclama, para poder desarrollarse armónicamente, un padre y una madre.

Como realmente parece que te preocupa el niño sería importante que hablaras con los padres del abandono que se está produciendo hacía el hijo. El fracaso de los padres no debe ser también el de los hijos, aún cuando la situación no sea la ideal para su desarrollo. Los niños que a edad muy temprana se ven privados de la atención y del cariño de unos padres, se muestran más agresivos, menos cooperativos, menos tolerantes a la frustración, se portan mal y en ocasiones presentan signos de retraimiento social. Los problemas y carencias tendrán lugar en muchos campos, pero especialmente en los relacionados con la estabilidad emocional, la intimidad, la confianza y la capacidad de desarrollar un mundo interior sereno y relajado para toda su vida. A largo plazo, dichas carencias generarán dificultades a la hora de crear y mantener relaciones duraderas. En general, la salud física y mental de este niño resultarán afectadas y cuando sea adulto, adoptando el modelo parental, lo más probable es que él a su vez, tenga dificultades para relacionarse con sus propios hijos y encargarse de su cuidado. Si no te encuentras con suficiente fuerza como para hacer comprender a estos padres que tienen una responsabilidad y un compromiso para que este hijo que tienen hoy sea un adulto sano, equilibrado y feliz, intenta concienciarles, por lo menos, para que acudan a un buen psicólogo infantil.
EL DIVORCIO O SEPARACIÓN

Los padres que se están divorciando se preocupan a menudo acerca del efecto que el divorcio tendrá en sus hijos. Los padres se preocupan principalmente por sus propios problemas, pero a la vez están conscientes de que son las personas más importantes en la vida de sus hijos.

Los padres se pueden sentir o desconsolados o contentos por su divorcio, pero invariablemente los niños se sienten asustados y confundidos por la amenaza a su seguridad personal. Algunos padres se sienten tan heridos y abrumados por el divorcio que buscan la ayuda y el consuelo de sus hijos. Los hijos no pueden entender el divorcio y los padres deben explicarles lo que está pasando, cómo se afectan y cuál será su suerte.

Los niños pueden creer que son la causa del conflicto entre sus padres. Muchos niños tratan de hacerse responsables de reconciliar a sus padres y muchas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. La pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio puede hacerlos vulnerables a enfermedades físicas y mentales.

Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistentes en sus hijos. Estas señales pueden incluir la falta de interés en la escuela, por los amigos o aún al entretenerse. Otros indicios son el dormir muy poco o demasiado y el ser rebeldes y argumentativos con los familiares.

Los niños han de saber que su mamá y su papá seguirán siendo sus padres aún si el matrimonio se termina y los padres no viven juntos. Las disputas prolongadas acerca de la custodia de los hijos o el presionar a los niños para que se pongan de parte del papá o de la mamá le pueden hacer mucho daño a los hijos y puede acrecentar el daño que les hace el divorcio.

La continuación de la obligación de los padres por el bienestar de los hijos es vital. Si el niño parece tener indicios de estrés, los padres deben consultar con su médico de familia o pediatra para que lo refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes.

El psiquiatra podrá evaluar y darle tratamiento al niño para aliviar las causas del estrés. Además, el psiquiatra podrá aconsejar a los padres ayudándolos a minimizar los problemas que causa el divorcio en la familia.

LA SEPARACIÓN Y EL DIVORCIO, CUANDO NO HAY MAS REMEDIO...

Para los psicólogos, la separación y el divorcio son alternativas por las cuales puede pasar la pareja en un momento dado de su vida. Lamentablemente, existen circunstancias que, en ocasiones, escapan al control emocional y racional de los cónyuges y la separación y/o el divorcio, se convierten en herramientas que pueden evitar un mal mayor.

Fomentamos la familia y procuramos resolver los problemas de pareja que puedan conducir a una separación, sin embargo, existen sin duda circunstancias que obligan al terapeuta familiar a considerar, en ocasiones, estas posibilidades.

Las dimensiones del problema a nivel psicológico

La intensidad de las emociones, el dolor, las ofensas, el rencor y otros sentimientos provocan un daño profundo en la pareja difícil de recuperar. Por otro lado, la victimización de los hijos atrapados en la "batalla conyugal", produce deterioros psicológicos irreparables en la psiquis de los menores.

Estos niños sufrían, en la mayoría de los casos, síntomas asociados a la falta de control en la agresión. En los más pequeños, la agresividad era contra los padres separados y los hermanos. En los mayores, ya adolescentes, el problema tomaba forma de actos antisociales y de delincuencia, así como alcoholismo y adicción a las drogas.
En los casos de las hijas de divorciadas adolescentes se encontró frecuencia de promiscuidad sexual, en mayor proporción que las hijas de matrimonios no divorciados.

Se ha enfatizado la importancia de la depresión en el cuadro clínico de los niños de padres divorciados. En una investigación, entre niños tratados como pacientes psiquiátricos ambulatorios de depresión media y severa, un alto porcentaje de la muestra era de niños de padres divorciados.

En un estudio de seguimiento de una muestra nacional de 5.362 niños nacidos en la misma semana, se encontró que el 46.5% de los hombres cuyas familias se habían visto afectadas por un divorcio o separación antes de los cinco años, sufrían algún tipo de psicopatología o falta de ajuste social y fueron hospitalizados antes de los 26 años por enfermedades psiquiátricas de tipo afectivo o por úlceras gástricas, colitis o se hicieron delincuentes hacia los 21 años, comparados con el 17.9% de los hombres provenientes de familias no divorciadas. En este mismo estudio también se encontró que el 36.3% de las mujeres cuyas familias se rompieron antes de los 5 años, fueron hospitalizadas por enfermedades psiquiátricas o por úlceras gástricas, colitis o se hicieron delincuentes hacia los 21 años o se separaron o divorciaron antes de los 26 o tuvieron hijos ilegítimos, comparadas con el 9.6% de las familias que no sufrieron divorcio.
El 39% de los hombres cuyas familias se rompieron antes de que cumplieran 16 años, sufrieron antes de los 26 años, problemas psicopatológicos o de inadaptación social o se divorciaron o separaron antes de los 26 años, comparados con el 18% de los hombres de familias intactas.

El 41% de las mujeres cuyos padres se divorciaron antes de los 16 años, hacia los 26 sufrieron lo mismo que los hombres o tuvieron hijos ilegítimos, comparadas con el 10.1% de las mujeres de familias no divorciadas.

También en este interesante estudio longitudinal se demuestra que los hombres de familia de clase social trabajadora, hijos de padres divorciados, a la edad de 26 años, ganaban de forma significativa menos ingresos si se los comparaba con los hombres de familia no divorciados.

Igualmente encontraron que los hijos de ambos sexos, de padres separados, tenían una vida académica significativamente menor que sus pares de familias no divorciadas.

Es de hacer notar que los hijos de padres fallecidos tenían poca repercusión en la diferencia en los logros académicos de hijos de padres no divorciados, lo que demuestra que el divorcio impacta aún más psicológicamente que la muerte que los seres queridos.

Los hallazgos indican que la separación y divorcio de los padres, tienen un considerable perjuicio sobre la vida de los hijos que se expresa en patologías psicológicas, inadaptación social, menores logros educativos en ambos sexos y menores logros económicos en hombres.

Ahora bien, lo que tendríamos que preguntarnos es si el daño lo provoca la ausencia de uno de los padres o el propio trauma del divorcio. Si observamos que el daño en los hijos de padres fallecidos no es igual al de los hijos de padres divorciados, podríamos concluir que más que la falta de uno de los padres es posiblemente los elementos que componen la crisis del divorcio lo que traumaría irreversiblemente a los hijos.

La mayoría de los divorcios están precedidos por meses o años de disputas, ofensas, desamor, peleas, desilusiones y frustraciones.

En un primer lugar, las parejas comienzan con provocaciones mutuas, con trato y vocabulario hostil y episodios de gritos y de abuso físico verbal.

Allí los niños quedan amedrentados por las escenas, sin saber qué hacer y se sienten desorientados, impotentes y tristes por la falta de control de sus padres. Además los padres tienden a pedirles solidaridad a los hijos -cada uno por su lado- generándoles graves conflictos de decisión.
Posteriormente, si la pareja no logra manejar los conflictos y comienzan un proceso de divorcio, inician un período de enfrentamiento por distintas razones, sean por rencor, rabia o por la división del patrimonio conyugal. En esta fase se intensifica la hostilidad, el deseo de daño de uno al otro. Surge el odio, la amargura y a veces hasta el deseo de venganza.

En esta etapa, la mayoría de las parejas piensa que quitándole los hijos el uno al otro ganan la pelea, sin darse cuenta que le están haciendo un gran mal a la psiquis de los muchachos.
De manera que, cuando la pareja se plantea un divorcio y no hay más remedio, hay que tomar en cuenta todo lo expresado y procurar el mayor esfuerzo en que no se generen tantos problemas. Aunque parezca difícil, el divorcio o la separación debe ser acordada hasta donde se pueda y negociada. El terapeuta familiar en este momento puede jugar un gran papel, al ser el referee psicológico para juzgar lo que el juez legal no puede resolver.

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