sábado, 18 de julio de 2009

¿PORQUÉ GRITAR AL NIÑO?

GRITAR Y SUS CONSECUENCIAS
Por: Óscar A. Campuzano G.

Siempre que se habla de maltrato infantil la imagen que viene a nuestras cabezas es la de un padre o madre golpeando a su hijo, sin embargo hay otro tipo de maltrato que no deja huella física pero sí psicológica, el llamado maltrato psicológico.
Un reciente estudio llevado a cabo por científicos muestra que no hace falta pegar a un menor para dejar señales de por vida en su personalidad, sino que basta con gritarle.
Los científicos revelaron que no esperaban los resultados obtenidos. Según comentó la directora del estudio: “Esperábamos que la exposición a la violencia física dejara cicatrices perdurables, pero no creíamos que nos íbamos a encontrar con que la exposición a gritos e insultos entre miembros de una familia tuviera efectos en la vida adulta”.Según comentaron las consecuencias incluyen problemas de salud mental, concretamente depresión y abuso de alcohol y sustancias. Son personas más descontentas con sus vidas y sufren incluso una mayor tasa de desempleo.
Analizaron cómo este tipo de agresiones influían en la vida de las personas al llegar a la edad adulta (30 años) y valoraron la salud mental, el estado psicológico, el puesto laboral, la salud física y la historia familiar.
De los sujetos estudiados un 75% reconoció que había vivido conflictos verbales y un 62% afirmó haber sufrido violencia física (que no es poco en ninguno de los dos casos).
Los resultados dicen que las personas que vivieron bajo insultos tienen un riesgo tres veces mayor de padecer un trastorno psiquiátrico a los 30 años que los que vivieron en familias estables.
Si la agresión es física el riesgo de problemas a nivel psicológico y de insatisfacción laboral y personal es mucho mayor.

“Es necesario crear programas preventivos precoces para los niños y niñas, así como fomentar la buena comunicación entre padres e hijos”.
Siendo sincero, creo que no era necesario un estudio para concluir que los gritos forman parte de un modo de expresión violento que puede resultar intimidante y que puede afectar a la personalidad de los niños.Personalmente añadiría otros factores a los gritos que seguro que también hacen mella (quizás incluso más) en la personalidad de los niños, pues no hace falta, de hecho, gritar para menospreciar a una persona. Ignorarla (no hacer caso a las peticiones, a los llantos, a las llamadas,…), hacerla sentir inferior, reírse de ella, etc. forman parte del amplio abanico de recursos que utilizan muchos padres para “educar” a sus hijos.
No quiero acusar a nadie. El que esté libre que tire la primera piedra. También yo he gritado a mi hija en algún momento y seguro que la mayoría de padres lo hacen.
Es normal, forma parte de la herencia educativa que nos llegó de nuestros padres y de nuestros profesores. Cuesta demasiado desprenderse de lo aprendido desde la infancia.
Repito, es habitual gritar a los niños, pero eso no quiere decir que esté bien, debemos aprender a no hacerlo (y contar hasta diez) pues merecen ser tratados como las personas que son. Un “siento haberte gritado”, muestra que papá y mamá también somos humanos.
Cuando gritar es peor que pegar

Los padres les levantan la voz a sus hijos mucho más de lo que les levantan la mano. Pero algunas palabras pueden tener un impacto tan perjudicial como lo tienen los golpes.
Una madre como las que se ven por las zonas de juegos de los centros comerciales los fines de semana, a gatas persiguiendo a sus hijos, es una víctima fácil de los gritos como herramienta de crianza.

El padre camina unos pasos atrás y en vista de la actitud de la criaturita (que ignora olímpicamente a su madre), le llama la atención con voz recia. Se les ve en la cara y en sus gestos (a los padres), que están al borde del grito. Probablemente estén cansados de tener que decir todo 5 veces, por eso a la sexta, la voz sube de tono, y si no fuera porque no están en casa, el grito sería de narrador de fútbol.

Claro, y eso tiene sus consecuencias. Los hijos se acostumbran a este método y se pasan por la faja los primeros llamados y solo reaccionan cuando saben que lo que sigue es un grito.
Esta familia ficticia no es para nada fuera de lo ordinario. Al contrario, así pasa en muchas casas; es lo que muchas madres y padres hacen todos los días.
Nueva generación?
Hoy hay una generación completa de padres que creció en la era de los castigos físicos y que por lo mismo juró que nunca le pegaría a sus hijos. El problema es que el esquema de ira y frustración que sustentaba el viejo modelo de los correazos y los coscorrones no despareció mágicamente solo porque una generación de padres bien intencionados así lo quiere. Ahora la ira no lleva a los golpes como antaño, pero a menudo lleva a los gritos. Y ese simple hecho de levantar la voz, dependiendo de qué se dice y qué tan a menudo se dice, puede tener el potencial de causar daño a largo plazo.
De acuerdo con un estudio, el 74% de los padres encuestados reportó gritarle a sus hijos, y no una o dos veces. La mayoría dijo que lo había hecho más de 275 veces durante el último año. Estos números pueden ser más altos porque el estudio requería que fueran los mismos padres los que denunciaran su comportamiento, un comportamiento del que probablemente no se enorgullecen o que ocurre tan a menudo que lo olvidan o lo dan por corriente o normal o aceptable.
Para no irse por las ramas, los gritos son parte de la vida ordinaria de muchos hogares. Llamar de un grito a un niño que juega en un parque o que está en el lado opuesto de la casa, quizás no le haga ningún daño duradero.

Gritarle a un niño que está a punto de hacer algo peligroso puede asustarle, pero no se hace para dañarlo, sino para protegerlo. Y si una familia es por costumbre bullosa y sociable, los gritos serán la norma.
Pero cuando una madre o un padre están cara a cara frente a su hijo gritándole con evidente ira o frustración, los expertos en crecimiento y desarrollo se preocupan por el impacto que semejante evento de agresión sicológica pueda tener. En esos momentos algunos padres pierden el control y aunque puede que no golpeen físicamente, las palabras que le dicen a un niño, especialmente si esas palabras incluyen insultos y amenazas, pueden causar un daño duradero.

Sí y no del grito
Cualquier padre sabe la frustración que se siente, y el deseo de gritar, cuando se ha pedido por enésima vez que arreglen el cuarto, o que boten la basura, o que no rayen las paredes, sobre todo cuando nada de esto se cumple.
Pero de aquí se deriva una pregunta interesante: En circunstancias parecidas, ¿Se le grita a un compañero de oficina?, ¿Al empacador del supermercado que puso el pan tajado en la misma bolsa con la lata de verduras?, ¿Al jefe?... Probablemente no, entonces, ¿Por qué hay quienes piensan que está bien gritarle a los niños?
Parte de la respuesta está en que hay normas culturales implícitas que hacen ver como aceptable gritarle a los niños y al mismo tiempo lo impiden con los compañeros en el trabajo.
Cambiar la cultura en este aspecto en particular significa reconocer que gritarle a los niños es tan equivocado como gritarle a los compañeros de la oficina. Si ese mensaje le llega a la gente, con seguridad buscarán alternativas en casa porque habrán entendido que gritarle a los niños es incorrecto.
Algunos padres usan el método de los hijos para manejar los gritos, por eso si alguien les grita, pues le ignoran, simplemente no escuchan; y los hijos adolescentes les gritan a sus padres, o por lo menos les refunfuñan (y los padres los ignoran). Por eso los adultos (los padres) deben mantener el control aún cuando están molestos.
Muchos padres están de acuerdo con estos puntos de vista y aceptan que no se les debe gritar a los hijos para corregirles o controlar comportamientos indeseados, pero son muchos también los que dicen que está bien un grito de advertencia cuando un niño va a hacer algo potencialmente peligroso. Se trata de levantar la voz para llamar la atención, no para agredir o insultar. El lenguaje degradante no se debe usar con los niños.
Esa es la clave, el contexto en el que se dicen las cosas. Decirle a un niño que no vale nada, que es inservible, es diferente que llamarle la atención con voz recia para que recoja la ropa sucia. El daño se hace cuando se ataca el yo interno de un niño o su autoestima con expresiones como “ya no te quiero” u “ojalá no te hubiera tenido”.
Ineficacia educativa de gritos e insultos¿Podremos distinguir claramente entre conductas que ofenden y hieren a los demás y conductas que no hieren?Entre las conductas que hieren psicológicamente a los demás están los gritos desaforados y descontrolados y los insultos. Su carga de agresividad se detecta fácilmente porque el fin es causar daño, dolor o desprecio de uno mismo en el otro.
Expertos en el tema afirman que los humanos somos esencialmente distintos de los seres no humanos en lo que se refiere a la agresión, ya que el aprendizaje juega un papel muy importante en nuestra conducta agresiva.
La visión de objetos que van asociados con la violencia (cuchillos, pistolas) incrementan dicha conducta, y no menos la visión de un rostro desencajado lleno de furia y de odio, así como los gritos desaforados y los insultos repetidos machaconamente por quien ha perdido el control de sí mismo.
El precio del grito
Todo castigo que incremente la frustración y el desprecio de uno mismo resulta ineficaz, pero más ineficaz resulta todavía convencerse de que la persona que castiga, grita o insulta lo único que pretende es satisfacer el odio que siente por nosotros haciéndonos mal de manera directa o indirecta, es decir, consiguiendo que nos sintamos seres despreciables.
Para la mayoría de los niños y adolescentes, una mirada furiosa, cargada de odio y de desprecio, así como las expresiones humillantes manifestadas en voz alta o a gritos son el castigo más severo que se le puede aplicar. Su sistema nervioso queda tan impresionado y sobrecogido por la carga emotiva de esas expresiones insultantes y por la imagen descontrolada y retorcida del rostro que acentúa y recalca dichas expresiones gritadas más que pronunciadas, que se sienten incapaces de pensar en ser mejores o en corregirse.
Puede producirse la sumisión y el sometimiento instantáneo o reacciones violentas del mismo signo y virulencia que las que está empleando la persona que grita e insulta de manera incontrolada y repetitiva. En estos casos las consecuencias psicológicas casi siempre son nefastas y dramáticas para el que al final pierde, que siempre es el niño o adolescente rebelado, que no supo callarse y someterse aguantando gritos, improperios e insultos de todo tipo.

A partir de ese momento es doblemente tachado de indeseable, insumiso e irrespetuoso por quien grita e insulta. Por una parte tiene el sentimiento de culpa por haberse rebelado contra el padre o la madre, y por otra se siente desgraciado rumiando sin cesar las expresiones de odio que a voz en grito le han repetido hasta la saciedad sus padres.
Vemos que, en cualquier caso, tanto si los gritos e insultos producen en el sujeto ofendido sumisión como si producen una reacción agresiva (calcada de la persona que humilla y ofende), lo que difícilmente producirán es la interiorización, es decir, la reflexión serena y convencida que le lleve a corregir su modo de proceder por convicción, que al fin y al cabo es el objetivo que se ha de lograr en la modificación de toda conducta negativa.
Conductas inadecuadas
Hay varias «señales de alarma» que indican que nuestras actitudes no son las adecuadas:
1. Pérdida de la naturalidad expresiva, la confianza y la comunicabilidad, de manera demasiado brusca.2. Disminución del sentido del humor y de las expresiones desenfadadas y aumento rápido de la irritabilidad y, al mismo tiempo, regresión a la pasividad y abandono de responsabilidades.3. Ausencia del respeto a los hijos, al tiempo que ellos nos imitan, elevando demasiado la voz y respetándonos poco o nada.4. Transmisión al hijo de inseguridad y baja estima de sí mismo, que admite que es una calamidad como estudiante, como persona, etc.
Alternativas válidas
Acabamos de ver que la excesiva severidad, los comportamientos agresivos, las humillaciones, los insultos y el hacer que el niño se sienta como un ser despreciable, no son una manera eficaz, inteligente y humanitaria de modificar las conductas.

Ya hemos dicho en otro lugar, que la buena conducta es algo que debe aprenderse, que no se adquiere de modo natural y que los niños aprenden a comportarse observando el ejemplo que reciben de sus padres, hermanos, parientes, vecinos, amigos y profesores.

También recordamos que la palabra «disciplina» significa aprendizaje y que mediante la buena disciplina es como debe enseñarse a los niños a comportarse de manera adecuada.
En cuanto a las características de una buena disciplina para que sea eficaz, es decir, para que eduque y haga posible la interiorización o reflexión serena y voluntaria sobre la propia conducta que hay que corregir, la mayoría de los autores señalan las siguientes:
Inmediata, coherente, segura, de fácil aplicación, adecuada a la edad del niño, justa, positiva (ofrece ayuda y alternativa), no debe ser humillante ni conducir a la infravaloración o el autodesprecio, firme pero cargada de amor y comprensión, que no produzca distanciamiento en las relaciones de los padres con los hijos.
En la práctica reprender no es discutir y se ha de hacer siempre en privado. El acto de reprensión no debe ser interrumpido, una vez iniciado, hasta haber completado todo el proceso de corrección.Hay que procurar estar físicamente muy cerca del niño o del adolescente y expresar lo que se siente ante su mala conducta, con verdadero enfado, pero sin gritar. Se ha de reprender la conducta, pero no al niño. De manera muy clara hay que expresar lo enfadado que se está, pero sin gestos de odio, sin ira incontrolada y sin despreciar ni humillar. Esta reprensión y enfado deben ser bastante intensos, pero de corta duración. En ningún caso se ha de perseguir todo el día al niño o adolescente machacándolo por su conducta... por eso fuera la cantaleta!
Una vez finalizada la reprensión se abraza al niño y, con rostro sonriente, se le anima a corregir su proceder en adelante. Se le invita a manifestar cómo se siente y a establecer un breve diálogo sobre lo ocurrido y lo que piensa hacer en el futuro para comportarse mejor.
¿Será muy difícil? o harás la aseveración de siempre...
¡Si fuera así de fácil!

¿DA NALGADAS A SU HIJO?

Las nalgadas y sus graves efectos emocionalesPor: Óscar A. Campuzano G.
Los niños que han sido golpeados no consideran a su cuerpo como de su propiedad. Las palizas les enseña a aceptar la idea de que los adultos tienen la autoridad absoluta sobre sus cuerpos, lo cual incluye el derecho de causarles dolor. Y las nalgadas les enseñan que hasta las zonas sexuales están sujetas a la voluntad de los adultos.
Es probable que el niño que se somete a las nalgadas el lunes, no vaya a decirle "No" a un abusador sexual el martes; y los adultos que abusan o explotan sexualmente los niños saben esto.
Acechan a las posibles víctimas entre los niños que se les ha enseñado a “obedecer sin cuestionar” ya que estos niños son los blancos más fáciles.
Las nalgadas y el desarrollo sexual
En algunos niños las nalgadas pueden estimular sensaciones sexuales inmaduras. No tienen control sobre estas sensaciones ni tampoco entienden lo que les está pasando. La consecuencia trágica para algunos de estos niños es que forman una conexión entre el dolor, la humillación y la excitación sexual que perdura por el resto de sus vidas.
Aunque se casen, tengan una familia, tengan puestos de responsabilidad en la comunidad y no parezcan emocionalmente perturbados, pueden estar atormentados secreta y vergonzosamente por una necesidad que, en algunos casos, los lleva a contratar prostitutas a quienes les pegan o de quien reciben nalgadas. La industria de la pornografía prospera al satisfacer las necesidades des estos desafortunados individuos.
La ciencia médica hace mucho que ha reconocido y ha documentado en gran detalle la conexión entre las nalgadas en la niñez y el desarrollo posterior de los comportamientos sexuales antinaturales. Esta razón debería bastar para que nunca se les dieran nalgadas a los niños.
Los riesgos físicos de golpear las nalgas
Encontrado en lo más profundo de las nalgas está el nervio ciático, el nervio más grande del cuerpo. Un golpe fuerte en los glúteos, sobre todo con un objeto como un pedazo de madera, podría hacer sangrar a los músculos que rodean a dicho nervio, y posiblemente se dañe el nervio ocasionando un impedimento en la pierna en cuestión.
Hay un hueso tan delicado de la base de la columna, que también es susceptible a las lesiones cuando se le pega a un niño en esa zona del cuerpo.
Y cuando se le pide a un niño que se agache para darle una paliza, se puede dañar los órganos sexuales. Frecuentemente, las autoridades hospitalarias denuncian la dislocación de la cadera y los moretones en los órganos sexuales como una consecuencia de los castigos violentos.
Algunas personas, tratando de justificar el pegar las nalgas a los niños, afirman que Dios o que la naturaleza ideó que la palizas cayeran ahí. Esta afirmación no tiene sentido. Ninguna parte del cuerpo humano fue creada para ser violada.

Los riesgos físicos de pegar en las manos
Las manos de los niños son especialmente vulnerables porque los ligamentos, los nervios, los tendones y los vasos sanguíneos están muy cerca de la piel, que no tiene tejido protector subcutáneo.
El golpearle en las manos a los niños pequeños es especialmente peligroso para el crecimiento de la cobertura de los huesos que si se dañan puede causar deformidad o impedimentos en sus funciones. Golpear a un niño en las manos puede fracturar, dislocar y causar osteoartritis prematura.
Los sacudones
Los sacudones pueden causarles a los niños la ceguera, latigazo, daño cerebral y hasta la muerte.

Las palizas en casa y el rendimiento en la escuela.
La mayoría de los maestros pueden afirmar que los estudiantes que tienen los problemas de comportamiento más serios en la escuela son aquellos que han sido más maltratados en el hogar.
Los niños que reciben palizas en el hogar están condicionados para esperar el mismo tipo de tratamiento de las demás figuras con autoridad fuera del hogar.
Para estos niños, el campo de batalla que es el hogar se extiende hasta incluir la vida escolar. Esto los prepara para el fracaso académico, el abandono escolar, los enfrentamientos con la policía y finalmente con el sistema de justicia penal.

En sus tentativas por poner una barricada contra lo que ven como un mundo incómodo y hostil, estos niños naturalmente eligen la compañía de otros niños con problemas similares. “Mis padres y maestros no me entienden, mis amigos sí,” dicen. Y tienen buenas razones para creerlo.
Es una de las razones por las cuales se forman las pandillas callejeras y la razón por la cual son tan atractivas para los niños cuyo amor propio ha sido arruinado por las palizas, los azotes, los palmetazos, los golpes con varas, palos, la humillación, los insultos, las amenazas, la crítica despiadada, las restricciones irracionales y el abandono emocional.No nos deberíamos sorprender cuando los jóvenes rechazan el mundo de los adultos en la medida que creen que han sido rechazados por él. Ni tampoco deberíamos sorprendernos cuando los adolescentes, que en su niñez son afectados por la violencia, la utilicen tan pronto como sean capaces de hacerlo.
Como ocurre a menudo, la agresividad que cultivan muchos jóvenes creyendo que es lo esencial para la supervivencia, los conduce al fracaso o a la catástrofe. Nuestras abarrotadas prisiones son una prueba de esto.
Pero se trata de una tarea monumental que requiere aptitudes especiales y un nivel de dedicación que no todos los maestros poseen y pueden mantener por largos períodos.

Los estudiantes que abandonan la escuela y la delincuencia juvenil cesarían de ser el grave problema que sacude a nuestra nación si solamente fuera posible persuadir a los padres de familia y a otras personas a cargo de los menores a que dejen de socializar con los niños de la manera que garantiza que serán personas antisociales y (o) autodestructivas.
En otras palabras, dejar de dar palizas y comenzar a dar amor.
Las palizas, el cigarrillo, el alcohol y las drogas
Ser víctima de una paliza es una experiencia degradante y humillante. El niño que lo sufre absorbe no solamente los golpes sino también el mensaje que traen consigo: “¡Eres despreciable, siento rechazo por ti!” Este mensaje influye poderosamente en la personalidad en desarrollo del niño, infundiéndole el odio a sí mismo.
Tarde o temprano, todos los niños estarán expuestos a las sustancias que le prometen un alivio instantáneo de sentirse sin valor y del rechazo. En todos lados se puede ver a personas que usan de todo en su cuerpo para sentirse bien, y es difícil convencer a un niño que sufre que este tipo de alivio es una ilusión, que el amor propio no se puede restaurar mediante algo que se traga, inhala o inyecta, pero fácilmente se puede enterrar bajo el peso de nuevos problemas.

Las palizas y la conducta delictivaTodos conocemos la lista de males sociales que se creen que son las raíces de la conducta violenta y delictiva: la pobreza, la discriminación, la disolución del núcleo familiar, los narcóticos, las pandillas y el fácil acceso a las armas peligrosas.
Y está muy claro que todos estos elementos contribuyen a la violencia y a la delincuencia, sin embargo hay un ingrediente clave que rara vez es reconocido: las palizas.En 1940, los investigadores Sheldon y Eleanor Glueck comenzaron su famoso estudio acerca de los muchachos delincuentes y los no delincuentes.
Descubrieron cómo es que ciertas influencias a temprana edad hacen que los niños desarrollen comportamientos antisociales y violentos.
Demostraron que los primeros signos de la delincuencia con frecuencia aparecen tan temprano como a los tres años, mucho tiempo antes de que los niños entran en contacto con las influencias externas al hogar.
Los investigadores demostraron cómo es que la falta de control por parte de los padres para manejar con calma, dulzura y paciencia a los niños y el estar siempre listos a pegarles tiene como resultado niños agresivos y listos para el ataque.
Cuanto más grave y más temprano se dé el maltrato, peor es el resultado. Los investigadores también descubrieron que la menor incidencia de comportamiento antisocial estaba siempre asociada con el hecho de que desde la infancia han sido criados con atención, en familias que brindan apoyo, que no son violentas y que no les pegan.El mensaje que hay aquí para todos los padres de familia que desean nunca tener que ver a sus hijos en una cárcel o prisión es muy simple:

DEN AMOR Y NO DEN PALIZAS!
Las palizas, el racismo y los odios colectivos
Las palizas llenan de odio a los niños y de deseos de tomar represalias, pero casi nunca hace realidad esta necesidad. Aún aquellos niños que han sido golpeados más brutalmente, como regla general, no devuelven el ataque a quienes los lastiman, en cambio es muy probable que busquen el alivio en la fantasía donde pueden, a salvo, expresar su enojo contra enemigos imaginarios. A veces, los hermanos o las hermanas menores o la mascota de la familia cumplen este papel, los entretenimientos populares también satisfacen esta necesidad.
Cuando los niños crecen y caen bajo la influencia de los prejuicios de su comunidad, pueden canalizar fácilmente su odio contra los chivos expiatorios aceptados por todos. Los cultos basados en el odio y las facciones políticas extremistas los atraen con los brazos abiertos, ofreciéndoles la oportunidad de hacer realidad sus fantasías. En todas las generaciones, hay muchos que buscan estas oportunidades. Sus comportamientos son la peor secuela de la costumbre de dar palizas.
Las palizas en la escuela
En todo el mundo desarrollado, los castigos físicos por parte de los maestros han desaparecido. Es ilegal en todos los países, nadie le puede pegar legalmente a un niño en ninguna instancia, incluyendo a los padres de familia. Pero gradualmente cada vez en los países se están prohibiendo los castigos corporales en las escuelas y en estos casos los padres SÍ SE ENOJAN.

Todavía, existen muchos maestros que, como muchos padres de familia, son muy anticuados con respecto a este tema y siguen creyendo que está bien controlar a los estudiantes por EL CASTIGO FÍSICO o las amenazas. ¿Qué deben hacer los padres de familia?
Si usted se enterara de que un autobús escolar tiene los neumáticos gastados y los frenos rotos no le permitiría a su hijo(a) que viaje en ese bús y exigiría a las autoridades escolares que corrijan el problema inmediatamente. Si usted supiera que los conductos de aire de la escuela están contaminados con asbesto, inmediatamente retiraría a su hijo(a) y avisaría a otros padres de familia del peligro. El castigo físico no es diferente de estos ejemplos. Es muy peligroso, y todas las personas sensatas de la comunidad deberían unirse en contra de este mal. Como padre de familia usted tiene el derecho y la obligación de proteger a su hijo(a) del peligro conocido. Informe a las autoridades escolares locales, regionales y estatales que nadie tiene su permiso ni tienen el derecho moral de poner en peligro a su hijo(a) en la escuela.
Las palizas y el Desarrollo Cerebral
En la primera niñez, el cerebro se desarrolla más rápidamente que todos los otros órganos del cuerpo. Para la edad de cinco años, el cerebro cumple a eso de 90 por ciento de su peso adulto, y para siete años, ha crecido completamente. Esto hace la primera niñez una etapa muy delicada y crítica del desarrollo cerebral.
La tensión nerviosa asociada con el dolor y el miedo causados por palizas puede afectar negativamente el desarrollo y la función del cerebro de un niño. Es exactamente durante este periodo de gran plasticidad y vulnerabilidad que muchos niños están sometidos al castigo físico. El efecto puede ser que se descarrila el crecimiento natural y sano del cerebro, de que resultan anormalidades irreparables que duran toda la vida.
“Sabemos que un animal expuesto al estrés y el descuido temprano de la vida se desarrolla el cerebro alambrado para experimentar temor, ansiedad, y estrés. Creemos que lo mismo es verdad para los humanos.”
“Las nuevas mediciones de imágenes cerebrales y otros experimentos han mostrado que maltrato de los niños puede causar daño permanente a la estructura y la función neurales del cerebro mismo mientras se desarrolla. Este resultado grave sugiere que nos falta mucho más esfuerzo por prevenir el maltrato y el descuido de los niños antes de que les hagan daño irrevocable a unos millones de jóvenes víctimas...
La sociedad cosecha lo que ha sembrado por su manera de criar a los niños”Ningún padre responsable pondría deliberadamente en peligro el desarrollo normal del cerebro de un niño, y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los azotadores sin saberlo.

LO QUE DICEN LOS EXPERTOS

“Todo tipo de castigo corporal o de paliza es un ataque violento contra la integridad de otro ser humano. Sus efectos permanecen en la víctima para siempre y se convierten en una parte imperdonable de su personalidad, una enorme frustración que resulta en hostilidad que se expresará más adelante en la vida con actos violentos en contra de otros.
Cuanto antes comprendamos que el amor y la dulzura son las únicas maneras requeridas para tratar a los niños, mejor será. El niño, en especial, aprende a convertirse en el ser humano que ha vivido. Las personas a cargo de los niños deberían entender esto completamente.”
“El castigo físico en los niños en realidad interfiere con el proceso del aprendizaje y con el desarrollo óptimo de los adultos socialmente responsables. Creo que es importante que los trabajadores de la salud pública, los maestros y otros que estén preocupados por la salud física y emocional de los niños y de los jóvenes, apoyen la adopción de los métodos alternativos para lograr el autocontrol y la conducta responsable de los niños y los adolescentes.”
“Las medidas punitivas aplicadas por la policía, los maestros, los cónyuges o los padres de familia tienen resultados estándar bien conocidos: (1) El escapismo: la educación le ha dado su propio nombre “ausentismo escolar injustificado,” (2) El contraataque: vandalismo en las escuelas y ataques contra los maestros, (3) La apatía: un retraimiento sombrío en que no se hace nada.
Cuanto más violento es el castigo, más graves son las consecuencias.”
“El castigo corporal enseña a los niños a aceptar y a tolerar la agresión. Siempre se incluye prominentemente en las raíces de la agresividad de los adolescentes y adultos, especialmente en aquellas manifestaciones que toman forma antisocial como la delincuencia y la criminalidad.”

“Siempre he abogado por la abolición total del castigo corporal y creo que la conexión de la pornografía con dicha orientación proviene de nuestra tradición de pegarles a los niños.”
“El argumento religioso más mencionado en apoyo del castigo corporal está basado en unas citas del Libro de los Proverbios. Utilizando el mismo tipo de lectura selectiva, también se podría fácilmente citar a la Biblia como una autoridad en defensa de la esclavitud, la supresión rígida de las mujeres, la poligamia, el incesto y el infanticidio.
Me parece que no se puede hacer coincidir a las prácticas brutales y vengativas del castigo corporal con los temas más importantes del Nuevo Testamento que enseña amor y perdón y el respeto por la belleza y la dignidad de los niños y que tan contundentemente rechaza la violencia y el castigo como una manera de resolver los conflictos humanos.”“El desarrollo del autocontrol, que llamamos conciencia, es el resultado de la relación positiva de los niños con las personas que los cuidan. La experiencia de los niños de amor y respeto promueve el desarrollo de la conciencia mientras que la experiencia de miedo o dolor, como resultado de las nalgadas y de las palizas, interfiere con este desarrollo. El castigo físico de los niños debe acabarse si deseamos que nuestra sociedad se convierta en una sociedad gobernada por la conciencia y el autocontrol en lugar de estar gobernada por la ausencia de éstas.”“El infligir dolor o malestar, aunque sea muy leve, no es un método deseado para comunicarse con los niños.”“Ser disciplinado como esclavo crea el temperamento esperado de esclavos... Golpear a los niños y aplicarles otros tipos de castigo corporal no es la herramienta apropiada para quien busca formar hombres inteligentes, buenos y sabios.”“No censuren precipitadamente al niño, que tanto se apagará su inteligencia como se desalentará su diligencia, sino repréndalo con dulzura que lo dispondrá a enmendarse y lo alegrará en avanzar con amor y con la esperanza de aprender... Invito al maestro decir: “Así te irá bien.” Porque les aseguro que no existe piedra mejor para afilar las buenas intenciones y para alentar el amor por el aprendizaje que el elogiarlos... Es mi opinión que el amor es mejor que el miedo y la dulzura mejor que el azote para educar a un niño correctamente en el aprendizaje.”“Los niños deben ser guiados hacia las prácticas honorables mediante el estímulo y el razonamiento y sin duda alguna no se lo debe hacer mediante los golpes y el maltrato.”Cuando se les pega a los niños, el dolor o el miedo a menudo tienen un resultado del que no es agradable hablar y es probable que posteriormente sea una fuente de vergüenza, la cual turba y deprime la mente y lleva a que el niño rechace la luz del día y que odie la luz... No dedicaré más tiempo a este asunto. Ya sabemos lo suficiente al respecto.”

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
P: ¿Qué tienen en común todos los delincuentes juveniles?R: Que han sido criados por personas que les pegaban.
P: ¿Qué tuvo en común la niñez de Hitler, Stalin, Pol Pot, Saddam Hussein y Charles Manson?
R: Que cuando cada uno de ellos era niño fue castigado físicamente con despiado y severidad.
P: ¿Qué tienen en común todos los delincuentes condenados a muerte?R: Muchas palizas en la niñez.
P: ¿Qué tienen en común los violadores, los incendiarios, los terroristas, los torturadores, los asesinos en serie, los asesinos en masa, los asesinos sexuales, los que ponen bombas múltiples veces, los secuestradores, los francotiradores, los asesinos, los atracadores, los que envenenan los productos del supermercado, los vándalos y los acechadores?R: Crecieron en la violencia.
P: ¿Qué niño nunca estará destinado a unirse a las personas que cometen delitos graves?R: Los que han sido criados con amor en lugar de azotes.
P: ¿Qué se debe hacer para convertir a un cachorro amigable en un perro guardián feroz?R: Limitarle el movimiento y azotarlo a menudo.
¿CÓMO ES QUE USTED PUEDE INFLUIR POSITIVAMENTE PARA HACER EL CAMBIO?
Hay personas en su comunidad que nunca han escuchado las ideas expresadas en hablemos francamente sobre el castigo físico de los niños. Ya ha llegado la hora de que las escuchen,
¿No lo cree?
Puede ayudar a plantar las semillas para que la próxima generación sea más humanitaria, más cooperativa y menos violenta, compartiendo esta publicación con los demás: sus amigos, vecinos, parientes, los padres de los amigos de sus hijos, los dirigentes de la comunidad, los religiosos, los maestros de sus hijos y sus representantes en el gobierno.
Creo importante que muchos deberían dar a conocer este mensaje.
Se que algunas personas de su entorno rechazarán estas conclusiones sobre el pegarles a los niños y le preguntarán "¿Entonces qué hago? ¿Dejo que hagan lo que se les da la gana? ¡Por eso estamos como estamos!."
Algunas personas se negarán a hablar del tema o hasta se molestarán o se mostrarán hostiles ya que esta información los hace sentir muy incómodos. Esto no debe desalentarnos ni a nosotros ni a ustedes. Hay otras personas que desean saber la razón por la cual este método antiguo y familiar para educar a los niños funciona tan mal. También existen aquellos que están educando a sus hijos sin violencia que necesitan una reafirmación de que van por el camino correcto. Su papel es llegar a estas personas y mostrarles lo que usted sabe y aprendió sobre este tema.
Tengo la confianza que algún día muy cercano, la humanidad civilizada recordará sorprendida y con lástima las épocas en que las personas creían en que golpear a los niños era bueno para ellos.
Algunos maestros trabajan sin descanso para darle una nueva dirección a esta agresividad, excesiva en los niños que viven con mucha violencia, e inculcarles la confianza que es una carencia para estos niños violentos.

¿CASTIGO FÍSICO O CORREGIR?

El castigo debe ser empleado para mejorar la conducta del niño
¡La violencia y el maltrato No! 
Por: Óscar A. Campuzano G.

Todo acto de violencia por parte de un adulto contra un niño, sin tener en cuenta lo breve o leve que sea, deja una cicatriz emocional que dura para toda la vida. Podemos demostrar esto hasta cierto punto mediante nuestra experiencia personal. La mayoría de nosotros admite que los recuerdos más vívidos y más desagradables de la niñez son aquellos en los que fuimos lastimados por nuestros padres. Para algunas personas el recuerdo es tan desagradable que hacen como si fuera algo trivial o hasta divertido. Notará que sonríen cuando describen lo que les han hecho, es por vergüenza y no por placer que lo hacen. Como un medio de protección contra el dolor que sienten en el presente, disfrazan el recuerdo de los sentimientos del pasado.
En un intento por negar o restarle importancia a los peligros inherentes a dar nalgadas, muchas personas que lo practican razonan que: “Dar nalgadas es muy distinto del maltrato,” o “Una palmadita en las nalgas nunca le hizo mal a nadie…”
¡Pero se equivocan!
Asimismo, los padres informados sobre este procedimiento, reconocen que el dar nalgadas a los niños es como exponerlos a una toxina peligrosa: no tiene ningún resultado positivo y el riesgo es muy serio.Pero algunos padres de familia preguntan: “¿Cómo puede decir que es un padre de familia responsable si no agarra al niño que está a punto de salir corriendo a cruzar la calle y no le da una buena paliza para que recuerde su advertencia sobre los peligros de la calle?”
En realidad, darles nalgadas a los niños los pone en un estado de confusión emocional fuerte, lo cual les hace difícil aprender las lecciones que los adultos dicen que están tratando de enseñar. El darles lo que se llama una “buena paliza” en realidad puede servir al adulto para desahogar su enojo, pero a expensas de que sea el niño quien sienta el enojo. Mientras que el alivio del adulto es temporal, el efecto causado en el niño es permanente. Las palizas no enseñan a los niños que los automóviles y los camiones son peligrosos, sino que les enseña que son los adultos, de quienes ellos dependen, los peligrosos.
Se ha perdido la confianzaEl niño golpeado es menos capaz de considerar al padre de familia como una fuente de amor, protección y consuelo esenciales para el desarrollo saludable de todos los niños. En los ojos de los niños, los padres ahora parecen ser la fuente de peligro y de dolor. El resentimiento y la falta de confianza que son el resultado de las palizas, sabotean el sentimiento de cariño del niño por los adultos más importantes en su infancia. El niño que ha sido traicionado de esta manera, así como el niño que ha sido privado de la comida, el calor o el descanso adecuados, sufren y no madura de la mejor manera posible.
Las amenazas
Algunos padres de familia raramente les pegan a sus hijos o nunca lo hacen, pero siempre los amenazan con hacerles cosas terribles. “Si no te callas mientras estoy al teléfono, te voy a cerrar la boca cosiéndotela con una aguja bien grande,” o “Mejor que te cuides o alguien te va a cortar los dedos. Eso es lo que les pasa a los niños que andan tocando las cosas de los demás.” o “si coges lo que no te pertenece voy a coger una piedra y te machaco los dedos” Para ellos es más fácil manejar a los niños de esta manera, por lo menos temporalmente y a edades tempranas esto resulta “efectivo” pero no enseña.Por esto, al principio, mientras los niños creen las amenazas de los mayores, obedecen por miedo. Pero pronto aprenden a disimular y a mentir con el fin de evitar los terribles castigos que ellos creen que les van a dar. Más adelante, cuando descubren que son amenazas vacías, llegan a la conclusión, correcta por demás, que los adultos también son mentirosos.
Cuando se deteriora la confianza entre los niños y las personas que los cuidan, también se deteriora la capacidad de los niños de formar relaciones basadas en la confianza con otras personas. Esto los puede hacer menos capaces de alguna vez lograr una relación de cooperación o de intimidad con otros. Las personas que han sido lastimadas de esta manera tienden a ver a todas las relaciones como una negociación, como tratos que se ganan o se pierden. Ven a la honestidad y la veracidad de los demás como una debilidad que se puede explotar, exactamente como se lo hicieron a ellos.La fuerza
Las palizas les enseñan a los niños que la interacción humana se basa en la fuerza, que el que tiene más fuerza está en lo correcto. Cuanto más se golpee a un niño, será más probable que como adulto él se relacione con otros mediante la fuerza y no por la razón o el buen ejemplo.
¿Qué tipo de persona estamos describiendo?Se trata del matón, se trata del violador, se trata de quien le pega a su mujer, se trata del charlatán, del tramposo, del estafador, del pillo, cada uno de ellos es esta persona. Y también lo son los cobardes y los parásitos quienes obtienen su poder por medio de otras personas como las que acabamos de poner en lista.
Las agresiones conyugales y el maltrato de los niños

lunes, 13 de julio de 2009

TIPS DE LECTURA FÁCIL

LECTURA RÁPIDAPor: Óscar A. Campuzano G.



1. Protege tus ojos. No leas más de 30 a 40 minutos sin relajar tus ojos. Mientras lees descansa tu vista mirando a la distancia (cada 20 ó 30 minutos). Los lectores apasionados a menudo cometen el error de leer sin hacer pausa.
2. Técnica de concentración. Domina las técnicas de concentración.

3. Optimizar la lectura veloz. No leas todo con una misma rapidez. La velocidad de la lectura tiene que estar de acuerdo con el grado de dificultad de esta. Por ejemplo puedes leer periódicos o novelas más rápido que textos científicos.

4. Control de lectura. Observa y divide el tiempo que utilizas para diferentes tipos de textos. Por ejemplo constata que siempre lees 50 páginas de una novela, de un texto científico y de un periódico, 20 páginas de un manual, 5 definiciones de un diccionario, 5 palabras nuevas con sus definiciones de un diccionario de lengua extranjera.

5. Vocabulario. Aumenta siempre tu léxico. La riqueza de tu vocabulario da las pautas para entender rápido lo que lees. Un jurista es capaz de leer textos jurídicos difíciles al igual que una persona que lee novelas de fácil entendimiento.

6. Memoria. Ejercita tu memoria cada vez que puedas. Mientras puedas visualizar las imágenes más rápido significa que entenderás lo leído. Durante la lectura visualizamos los contenidos inconscientemente (los convertimos en imágenes) debido a esto mientras leemos aumenta nuestro entendimiento y rapidez.

7. Levanta tu Ánimo. No te desanimes! Conoce el comportamiento del cerebro mientras lees. La adquisición de nuevos conocimientos se realiza por etapas, es decir, que después de un periodo de aprendizaje el cerebro experimenta el primer nivel de aumento (por ejemplo notamos una velocidad de la lectura) después sigue un periodo de descanso donde notarás que a pesar de muchos ejercicios el aprendizaje está en el mismo nivel.
Después de un momento continua la siguiente fase de aumento. Durante ese nivel se establece una conexión de neuronas en nuestro cerebro. En estos casos tenemos que practicar siempre, pues continúa el siguiente nivel de aumento. Así aprendemos siempre de una forma continua.


8. ¿Cómo estás leyendo actualmente? Intenta observar tu comportamiento mientras lees para eliminar eficazmente los factores que te interfieren. Observa si regresas siempre al comienzo del texto, si vocalizas bien o mal, si estás desconcentrado o si estás pensando en otras cosas.

9. Información existente. Trata mientras lees de estar activo, pregúntate: ¿Qué sabes ya del tema? ¿Conoces lo leído de otras fuentes? ¿Es verdad lo que dice el autor? ¿Existe ya la misma tesis o antítesis?

10. Recuerda lo siguiente: Quién lee de forma activa, entiende y se da cuenta mejor de las cosas que un lector pasivo.

11. ¿Cuáles son tus expectativas? Escribe lo que esperas de una lectura rápida y cuáles son tus objetivos.

12. Notas. Anota las ideas más importantes, los métodos y ejercicios. Una de las mejores formas de anotar es haciendo los mapas mentales. 13. Fíjate plazos. Señala plazos para tus objetivos. Sería más fácil ver tus progresos si anotas cuanto tiempo necesitas para llevar a cabo tus metas. Lo más importante es que seas consecuente respecto al tiempo señalado. Puede ser una semana, un mes o 3 meses, eso depende de ti. Para esto te puede ayudar nuestra página de como organizar tú tiempo.

14. Ritmo - ejercicios. Organiza tu propio ritmo de repetición. Identifica cuanto tiempo necesitas diariamente para hacer una lectura rápida, es decir, 20, 30 minutos o una hora.

15. Decididamente a aprender. Desarrolla tus capacidades intelectuales con ayuda de ejercicios de creatividad, ejercicios de lógica. Mientras aumentan tus habilidades de aprendizaje automáticamente lograrás también más en otros ámbitos de la vida.

16. El pensamiento positivo ¡Motiva! Piensa siempre que si quieres algo entonces lo lograrás. Sólo es una pregunta del tiempo cuando sucederá.

17. Más entrenamientos. Aprovecha tu cerebro e inteligencia, mira las técnicas y métodos: Nemotécnicas, y otras técnicas de la memoria.

¿PROBLEMAS DE LECTURA?

Deje atrás los malos hábitos de lectura
Por. Óscar A. Campuzano G.

1.- Leer palabra por palabra: Es la forma que aprendimos de pequeños. Lo leemos todo, sustantivos, verbos, adjetivos, y también artículos, conjunciones y preposiciones, con independencia de que algunas de estas palabras apenas aporten información.

Por ejemplo: "El colegio de mi hermana está cerca de mi casa" Al leer esta frase iremos leyendo todas sus palabras.

2.- Subvocalización: Al leer tendemos a ir pronunciando las palabras, ya sea moviendo los labios o mentalmente.

3.- Regresión: También tendemos continuamente a dirigir la vista atrás, sobre lo que ya hemos leído, para asegurarnos de que entendemos lo que estamos leyendo.

Frente a esta lectura lenta, el estudiante debe tratar de leer rápido ya que esto le reporta las siguientes ventajas:1.- Ahorro de tiempo en la lectura: Tiempo que podrá dedicar a avanzar en el estudio o simplemente a descansar.

2.- Mayor concentración: La lectura rápida predispone a prestar más atención, haciendo que sea un tiempo de estudio más provechoso.
Hay que tratar de aproximar la velocidad de lectura a la velocidad del pensamiento (la velocidad del pensamiento suele ser entre 3 y 5 veces más rápida que la de lectura).

El estudiante debe comenzar midiendo su velocidad de lectura.

Debe leer un texto durante 5 minutos y calcular el número de palabras leídas.

Para ello realizará un cálculo aproximado:
Cuenta el número de palabras que hay en un renglón estándar y el número de renglones leídos. Multiplicando estas dos cifras obtiene una aproximación del número de palabras leídas. Esta cifra se divide por 5 y se obtiene una medida de la velocidad de lectura (Nº de palabras por minuto).

¿Qué se puede hacer para leer más rápido?

1.- Evitar la vocalización, tanto oral como mental. Intentar no mover los labios, manteniendo la boca relajada.


El pronunciar mientras se lee puede reducir la velocidad de lectura hasta en un 50%. Hay que aprender a reconocer la palabra por su aspecto y no por su pronunciación.


Si no se comprende bien el texto es preferible darle una segunda lectura completa que ir constantemente releyendo. Se puede utilizar un lápiz para señalar por donde va uno leyendo y evitar de este modo saltos de línea.

3.- Reducir las fijaciones de los ojos. Aunque no nos demos cuenta, cuando leemos vamos fijando (parando) los ojos en cada palabra, y dentro de ella en cada letra.


Hay que tratar de ir ampliando el campo de visión: De una letra pasar a varias letras, luego a una palabra, y después a varias palabras. Con una fijación de la vista se puede llegar a leer hasta tres palabras a la vez.

Los ojos deben realizar un movimiento suave, continuo, y no una sucesión de breves paradas. Es un aprendizaje complicado pero que con la práctica se consigue.

4.- Centrar la atención en las palabras que aporten significado. Hay que fijarse en los sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios, desechando artículos, preposiciones y conjunciones.

Por ejemplo: "El colegio de mi hermana está cerca de mi casa"

Quedaría reducido a: "colegio hermana cerca casa"

5.- Al final de la lectura se buscarán en el diccionario las palabras que no se hayan entendido. En lugar de ir interrumpiendo la lectura cada vez que aparece una palabra que no se entiende, es preferible anotarlas en un papel y al final de la lectura buscarlas en un diccionario.

Para una lectura rápida es importante también cuidar los siguientes puntos:

1.- Iluminación: hay que contar con buena iluminación. La luz natural es mejor que la artificial, pero si no puede ser es preferible combinar una luz central que ilumine toda la habitación y otra luz (preferentemente bombilla azul), no demasiado intensa, centrada sobre el texto.2.- Postura: El estudiante debe leer sentado, con una postura cómoda (el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante) y con el libro centrado (que las líneas queden horizontales) apoyado en la mesa (la altura de la mesa debe ser la adecuada).

3.- Silencio: Una lectura rápida exige una gran concentración, y para ello es necesario evitar cualquier distracción. Si se quiere oír música que sea tranquila, a ser posible sólo instrumental, y con el volumen bajo.

Se puede mejorar considerablemente la velocidad de lectura.

Hay diversos ejercicios para ello, si bien la mejor manera de aprender a leer rápido es forzarse uno mismo a hacerlo. Al principio se perderá mucha información, pero con la práctica se irá dominando esta técnica.

Entre los ejercicios se pueden mencionar los siguientes:

1.- Localizar dentro de un texto una palabra preseleccionada previamente. Por ejemplo: En un artículo deportivo sobre fútbol tratar de localizar la palabra "delantero". Hay que hacerlo rápidamente y luego chequear que se han localizado todas.

2.- Localizar informaciones específicas dentro de un texto. Por ejemplo, en un artículo periodístico sobre política localizar rápidamente los nombres de todos los partidos políticos mencionados. Luego chequear el resultado.

3.- Ampliar gradualmente el campo de fijación del ojo. Tomar una hoja de un periódico estructurada por columnas relativamente estrechas (por ejemplo, 5 columnas por hoja).

Seleccionar una columna y trazar una línea vertical por el medio. Leer la columna bajando los ojos por la línea vertical, sin apartarse de ella.

Comprobar si se ha captado toda la información.

En definitiva, el estudiante debe tratar de mejorar su velocidad de lectura pero sin comprometer una buena comprensión del texto (puede perder algún detalle, pero nunca información esencial).

2.- Evitar releer. No se debe volver la vista atrás bajo ningún concepto, aunque pensemos que algo se nos ha podido escapar. Con la práctica nos habituaremos a poner la máxima atención en la lectura, evitando de este modo perder información.



1.- Leer palabra por palabra... Es la forma como aprendimos a leer de pequeño.



2.- Subvocalización... Al leer tendemos a ir pronunciando las palabras, ya sea moviendo los labios o mentalmente.


3.- Regresión... También tendemos continuamente a dirigir la vista atrás, sobre lo que ya hemos leído, para asegurarnos de que entendemos lo que estamos leyendo.

VENTAJAS DE LEER RÁPIDO

1.- Ahorro de tiempo en la lectura…Tiempo que puedes dedicar paraa descansar o para adelantar la materia u otras asignaturas.




2.- Mayor concentración… La lectura rápida predispone a prestar más atención, haciendo que sea un tiempo de estudio más provechoso.

Sería ideal tratar de aproximar la velocidad de lectura a la velocidad del pensamiento.

Para una lectura rápida es importante también cuidar los siguientes puntos:


1.- Iluminación: hay que contar con buena iluminación.
2.- Postura: el estudiante debe leer sentado, con una postura cómoda.

3.- Silencio. Una lectura rápida exige una gran concentración.
Entre los ejercicios se pueden mencionar los siguientes:

1.- Localizar dentro de un texto una palabra preseleccionada previamente.

2.- Localizar informaciones específicas dentro de un texto.


3.- Ampliar gradualmente el campo de fijación del ojo.

ÓSCAR A. CAMPUZANO G.






Cuando leemos incurrimos inconscientemente en errores que hacen muy lenta la lectura, he aquí algunos de ellos:

A MI MADRE...

Carta de un hijo a su Madre...

Ayer fue el día más triste de mi vida: enterré a mi madre...
Cuando miré su dulce y adorable cara y su cabello plateado por el tiempo, me di cuenta que esa sería la última vez que la vería.

Muchos pensamientos vinieron entonces a mi mente:

Cuando por las tardes o las noches no teníamos quien nos cuidara a los niños, acudíamos a mi madre porque no queríamos perdernos la función de cine o la fiesta en casa del amigo...

Ella nunca se negó, jamás nos dijo que tenía otros planes o yo no quise darme cuenta...

En una ocasión me prometí comprar un boleto extra y llevarla a ver las películas que le gustaban… ¡Pero nunca compré el boleto!

Una vez nos encontramos en la panadería y vi que su suéter estaba un poco desteñido y viejo...

Entonces pensé que debería llevarla al centro y comprarle uno nuevo. Sabía que, aunque ella lo necesitaba, nunca me lo pediría, así era ella...

Pero siempre tuve otras cosas que hacer y mi madre siguió con su suéter viejo...

Recuerdo su último cumpleaños... Le mandamos unas azaleas blancas bellísimas con una nota que decía:

"Lamentamos no poder estar contigo en esta fecha, pero con estas flores te enviamos todo nuestro amor". Esa tarde había un programa de televisión muy importante y por la noche estábamos invitados a una fiesta...

Y recuerdo la última vez que vi a mi madre viva, fue en la boda de un primo, se veía más viejecita y cansada...

Entonces pensé en mandarla a unas vacaciones con su hermano a la costa. Que se asoleara un poco para que no se viera tan pálida. Pero nunca lo hice, siempre tuve supuestamente cosas más importantes que hacer y sobre todo, que me quitaban mucho tiempo…

Si yo pudiera regresar las hojas del almanaque, le compraría todos los suéteres del mundo, la llevaría al cine y pasaría todos sus cumpleaños a su lado...

Si yo pudiera regresar en el tiempo la mandaría a ver a su hermano y a todos los sitios que quisiera ir... Pero es muy tarde ya...
Ella está en el cielo y yo estoy aquí enfermo del corazón por todas las oportunidades perdidas.

Qué diferente hubiera sido si hubiera leído una carta como ésta...

Un hijo como yo!